El precio del marisco y de determinados pescados gallegos oscila mucho dependiendo de la temporada. Así, pueden alcanzar cifras astronómicas en las fiestas centrales de la Navidad o a mediados de agosto, y son mucho más asequibles en meses como los de febrero o marzo. Según los comercializadores de productos pesqueros que participaron en la última reunión de Emprendemar, en Cambados, esto es un inconveniente que les está haciendo perder mercados.

El Ayuntamiento y la cofradía de Cambados han puesto en marcha el proyecto Emprendemar en el marco de los GALP (Grupo de Acción Local Pesqueira), y una de las iniciativas recogidas en el mismo es la creación de una guía sobre oportunidades y retos en innovación en el sector marítimo pesquero. Antes de elaborarla, se convocó una reunión con representantes del sector productor, comercializador, de la oficina de turismo y de la administración pública.

Los comercializadores plantearon que las fluctuaciones en los precios -que también son considerables cuando se levanta la veda sobre un determinado producto- son un inconveniente a la hora de buscar mercados, ya que optan por otros territorios que les ofrecen precios lineales.

También alertaron sobre las dificultades que tienen que mantener clientes que les demandan productos como la almeja fina o el berberecho, ya que son muy poco abundantes en las aguas gallegas.

Los productores

Los representantes de los productores, a su vez, apuntaron que uno de los problemas que asolan a los pescadores y mariscadores de Cambados es la reducida rentabilidad de la actividad. Según su opinión, esto se debe a que los cupos de que disfruta actualmente la flota gallega son tan ajustados que apenas llegan para cubrir los gastos de mantenimiento y de personal de los grandes buques pesqueros. Sobre esto, los representantes del sector productor plantaron en la reunión de Emprendemar que a menudo los cupos de captura no se determinan por criterios científicos, sino políticos.

Asimismo, se avisó de que los parones cíclicos en determinadas especies desaniman a los jóvenes a dar el relevo generacional.