El comienzo de la migración otoñal de las aves está convirtiendo la plataforma continental situada frente a las Rías Baixas en un mirador privilegiado para la observación de todo tipo de especies. El seguimiento de esos pájaros por parte de los ornitólogos, biólogos y amantes de la naturaleza en general permite descubrir también todo tipo de mamíferos marinos, tanto delfines como ballenas y marsopas.
Así queda patente, por ejemplo, en las expediciones organizadas periódicamente a bordo del Chasula, un pesquero rehabilitado con puerto base en O Grove que se ha convertido en la herramienta esencial para que aficionados a las aves llegados desde diferentes partes de España e incluso del extranjero puedan observarlas y fotografiarlas en mar abierto, ya que les resultaría materialmente imposible hacerlo desde tierra firme.
Las singladuras del barco que patronea Isidro Mariño cobran especial protagonismo durante los movimientos migratorios primaverales o prenupciales y ahora, cuando se desarrolla la migración postnupcial.
Así quedó puesto de manifiesto el pasado domingo, cuando los observadores de aves o "pajareros" que se encontraban a bordo pudieron disfrutar de "una jornada excepcional en la que se avistaron especies poco usuales y de difícil registro fotográfico, como el fulmar boreal".
Quien así se pronuncia es Xoán Diéguez, uno de los habituales tripulantes de estas expediciones y estrecho colaborador del Chasula y del proyecto "Seabirds & Cetaceans in Galicia", que el domingo también propició el avistamiento de pardelas, garzas, págalos, charranes, golondrinas, zarapitos, chorlitejos, vuelvepiedras y cormoranes.
El propio Xoán Diéguez detalla que en esa expedición a las aguas atlánticas en busca de aves pelágicas y cetáceos "fueron avistadas cuatro especies distintas de mamíferos marinos", lo cual resulta realmente significativo. En concreto "se pudieron ver marsopas o 'toniñas', un tesoro muy escaso en nuestras aguas, así como una ballena y grupos de delfines mulares o arroaces y delfines comunes".
Ni que decir tiene que esta experiencia es un ejemplo más del enorme potencial existente en las Rías Baixas, y en O Grove particularmente, para fomentar la ornitología como recurso turístico. Son conscientes en el Chasula, donde abogan por aprovechar las virtudes de la costa gallega, su enorme riqueza natural y el hecho de que se encuentre en plena ruta migratoria para las aves.