Los trabajos arqueológicos que se han desarrollado en las últimas semanas en la zona de Cálago, Vilanova de Arousa, han arrojado datos mucho más importantes de lo inicialmente esperado, ya que los restos cerámicos que se han encontrado permiten catalogar este espacio como un yacimiento de considerables dimensiones, y sobre todo, con una extensión temporal próxima a los mil años.

Mario César Vila, director de la excavación, reconoce que los hallazgos localizados permiten entender Cálago "como un gran complejo arqueológico en el que se pueden determinar varios estratos de ocupación, que en una secuencia cronológica, nos llevarían desde la época prerromana a la altomedieval, más de 1.000 años de ocupación que convierten este entorno en el origen de Vilanova".

Los trabajos arqueológicos solo permitieron realizar cuatro catas muy específicas, arrojando los datos más destacables una que fue tomada, en un principio, como secundaria y que se llevó a cabo en la zona de la terraza o donde se ubicaría la ampliación del castro original.

Fue en ella donde se hallaron restos de cerámica castrexa, con sus particulares adornos. También restos de ánforas romanas, e incluso de terra sigilata, la cerámica roma de mayor calidad que acostumbraba a utilizarse en la mesa. La encontrada en Cálago es del tipo hispánica, datada entre los años 50 y 300 de nuestra era. A estos restos romanos también se suman varias tégulas e ímbrices (tipos de tejas romanas), localizados en los restos de una edificación derrumbada. Otro hallazgo de mucho interés para los arqueólogos han sido restos de escoria, que no se han localizado en los restos de un incendio, sino junto a carbón y junto a una pieza que formaría parte de una plancha de fundición, "algo raro, ya que este tipo de actividades solían situarse fuera de la terraza, aunque existen casos similares en otros castros, como el de Elviña, en A Coruña".

La presencia de esta cerámica permite a los arqueólogos abrir una nueva línea de investigación, ya que "demostraría que el castro de Cálago era el punto al que llegaban las mercancías, vía marítima, para comerciar con los del interior". También se confirma que el punto no fue elegido al azar, sino que cuenta con una situación estratégica, al dominar gran parte de la ría de Arousa, de ahí que, posteriormente se construyese el campanario de Cálago, una edificación "con un valor más defensivo que religioso".

Las otras tres catas se situaron en las inmediaciones de la torre de Cálago, la cual ha permitido recopilar datos sobre su construcción; en la croa del castro; y en el lugar donde, presuntamente, se asentaría la muralla que protegía el castro inicial. En todas esas catas no se ha localizado el principal objetivo con las que se pusieron en marcha, restos del monasterio de Cálago, edificación fundada en el siglo VI por San Fructuoso y una de las primeras víctimas de las incursiones vikingas en Galicia de tan solo un siglo después. Tan solo la presencia de una serie de tejas de carácter altomedieval en un muro exterior de la terraza apuntan a una posible presencia de esa edificación.