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El sector compatibiliza las descargas con la preparación de las bateas para el invierno

La actividad es intensa en las rías ahora que el molusco goza de calidad -Los parques de cultivo flotantes deben ponerse a punto para soportar la rigurosidad de los temporales

Las propicias condiciones meteorológicas, unidas a la excelente calidad del producto, hacen que el sector mejillonero gallego intensifique estos días las descargas de producto en los diferentes muelles. Pero el buen estado del mar hace también que las operaciones extractivas se compatibilicen con el plan de mejora de los parques de cultivo flotantes.

El sector trata de adecentar así las bateas con el propósito de que soporten en las mejores condiciones posibles los temporales de otoño e invierno, de ahí que en esta época del año sea posible observar con relativa facilidad cómo en las diferentes rías gallegas -lógicamente el grueso de la actividad se concentra en las Rías Baixas- se realizan trabajos de mantenimiento o reparación, además de instalarse algunos viveros completamente nuevos.

Los precios de siempre

Es cierto, como se explicó en otras ocasiones anteriores, que desde que comenzó la crisis económica en el país, y debido sobre todo a que el precio del mejillón se mantiene casi inalterable desde hace prácticamente dos décadas, el sector productor invierte cada vez menos en nuevos barcos y parques de cultivo.

Lo que hace, como se observa en la actualidad, es tratar de reparar los que tiene y mantenerlos en buen estado el mayor tiempo posible para así "capear el temporal y salir adelante", explican los propios bateeiros.

De ahí que se pinten y repinten los emparrillados de esos característicos viveros gallegos en los que se cultiva el "oro negro" de las rías, al igual que se sustituyen lo puntones deteriorados o a punto de romperse, se reponen las vigas y se cambian o reparan los flotadores, cadenas, muertos y, en definitiva, todos los elementos precisos para garantizar el ciclo de cultivo del mejillón gallego.

También los barcos

Con algunos barcos también varados, sometiéndose igualmente a tareas de acondicionamiento -a la espera de su utilización en las tareas de descarga allí donde no se realizan todavía-, el sector se prepara por tanto para la época más dura de ciclo productivo, cuando las fuertes corrientes y el oleaje no solo pueden provocar y provocan importantes desprendimientos de molusco, sino que también causan daños cuantiosos en las plataformas de cultivo e incluso llegan a arrancar algunas de ellas, enviándolas a veces a la deriva hacia la costa para que en algunos casos acaben destrozadas contra las rocas.

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