El operativo especial de limpieza de la Festa da Auga se cerró con algo más de 34 toneladas de basura retiradas de las calles de Vilagarcía. De esta cantidad, 4.000 kilos eran de vidrio que fueron recogidos mediante una campaña especial que consistió en el refuerzo de 10 iglúes para el depósito de cristal.
La ciudad quedó más sucia que tras la fiesta del año pasado, pues los operarios del Ayuntamiento y de la concesionaria Cespa recolectaron 2 toneladas más de residuos.
Además, a los 34.000 kilos de basura hay que sumar la ingente cantidad de desperdicios que generó el festival de música H2O en la TIR, una zona que permaneció insalubre durante todo el día del miércoles y la mañana del jueves. De hecho el Concello tuvo que ponerse en contacto con el responsable del evento para requerirle la limpieza del recinto, unas tareas "que comenzaron a mediodía", aseguran desde Ravella.
Por su parte, Por Unha Marea na Vila denunció públicamente la suciedad, pidiendo responsabilidades al Ayuntamiento y al Puerto por el deplorable estado de la TIR.
La organización del festival pidió disculpas por la demora a través de su perfil de Facebook y atribuyó la tardanza a "falta de coordinación" con la empresa de limpieza contratada. En cuanto al transcurso del evento, destacó que fue todo un éxito.
Pero no fue solo la zona TIR la que tardó horas en quedar libre de basura una vez finalizada la Festa da Auga, sino que la estación de Renfe también mostraba ayer por la mañana las consecuencias de la marea humana que se desplazó en tren a Vilagarcía para disfrutar de la multitudinaria fiesta. En los accesos a algunos garajes del centro urbano todavía persistían los malos olores.
El dispositivo especial de limpieza estuvo formado por 79 trabajadores de Cespa y del Concello, y arrancó a las 7 de la mañana del miércoles por la zona de playas. A partir de ahí el operativo se extendió a la TIR, Miguel Hernández, zona del paseo y puerto deportivo y parque de O Cavadelo, las zonas donde se concentran los botellones.
Por la tarde fue necesario realizar una segunda batida en el parque Miguel Hernández y en las inmediaciones ya que volvía a haber residuos.
A partir de las tres de la tarde del miércoles, los efectivos de Cespa se afanaron en limpiar las calles de la Zona Húmeda, empezando por la capilla de San Roque para irse desplazando hacia el centro.
La única incidencia detectada por los operarios se produjo en una calle de la zona de vinos, donde la fiesta continuaba e impidió entrar a las máquinas, por lo que la limpieza se demoró más de lo previsto, aunque finalmente las calles recuperaron su estado normal para los actos de la tarde-noche.
En este sentido, el edil de Medio Ambiente, Lino Mouriño hizo un llamamiento al civismo y solidaridad de la gente para "pensar un poco en as personas que tuvieron que prescindir de la fiesta para trabajar y para que los demás puedan seguir las celebraciones con una ciudad limpia". El concejal agradeció tanto a los empleados municipales como a los de Cespa "su inmenso esfuerzo". Este fin de semana tendrán que volver a doblar turnos.
