Los profesionales que se dedican a la extracción de percebe en O Grove, al igual que los mariscadores de este y otros pueblos marineros, los pescadores de centollo y tantos otros colectivos, alertan de la proliferación del furtivismo y la pesca ilegal. David Casal, portavoz de los percebeiros de O Grove, se hace eco de ello y señala que "los furtivos nos roban a diario y algunos son reincidentes, hasta el punto de acumular hasta treinta o cuarenta denuncias cada verano; pero sin embargo nadie va a la cárcel por ello y siguen actuando libremente".

Tan grave parece ser la situación que "los vigilantes ya no pueden más" porque tanto los furtivos habituales como los ocasionales, incluidos los turistas que no respetan las normas, "no dejan de actuar de día y de noche".

La preocupación es máxima, sobre todo porque "aunque la Xunta está colaborando con nosotros, tanto a través de Gardacostas de Galicia como con ayuda de la Policía Autonómica, los esfuerzos realizados son insuficientes porque el furtivismo continúa machacándonos".

Parece que ni siquiera su tipificación como delito amedrenta a los ilegales, y en el caso concreto de la producción de percebe en la costa atlántica de O Grove el sector observa que "escasea porque está todo esquilmado a causa de la acción de los furtivos".