Es una formación orientada hacia niños de entre 7 y 16 años de edad, pero su desarrollo, con un modelo de calidad a un coste bajo comparado con otras experiencias similares ha puesto al campus tecnológico que se celebra en Vista Real, Vilanova de Arousa, en el punto de mira de varios centros universitarios. El padre de esta iniciativa es un joven de Noalla que responde al nombre de Manuel Fraga, que ayudado por el responsable del Centro de Desenvolvemento Local (CDL) del Concello de Vilanova, y por los profesores Cristóbal Álvarez y Susana Oubiña han diseñado tanto los costes como un programa en el que los pequeños aprenden a interiorizar conceptos y a utilizar las nuevas tecnologías.

Centros como el MIT de Massachussets, Valladolid o Vigo ya han contactado con los organizadores de este campus, que está recibiendo una importante publicidad a través de las redes sociales, interesados en conocer la fórmula de ofrecer un curso con la calidad del de Vista Real a un precio muy asequible, en el que cada alumnos cuenta con un ordenador o con un robot para interactuar a lo largo de las clases que recibe, lo que le permite recibir una enseñanza activa en todo momento.

La de este verano es la segunda experiencia que se desarrolla en el pazo de Vista Real, una experiencia que ha pasado de los 65 alumnos en 2016, a los 144 este año, repartidos en las diferentes semanas de julio y agosto. En estos momentos tan solo quedan unas pocas plazas para la última quincena de agosto, ya que en el resto se ha colgado el cartel de completo. El coste oscila entre los 55 euros para los vilanoveses y 65 para los foráneos, unas cifras que no serían posibles sin la colaboración del Concello de Vilanova. La gran demanda que está teniendo esta formación ha llevado a los organizadores a trabajar ya en diseñar un programa de clases extraescolares para el próximo curso, ampliando las posibilidades de formación y los horarios.

Fraga explica que el método utilizado "pasa porque los niños se diviertan aprendiendo y consoliden los conocimientos que adquieren durante el campus, sobre todo a saber moverse con las nuevas tecnologías y a conocer mundos como el de internet, que sean capaces de discernir aquello que les conviene y lo que no, pero también, a ser creativos a la hora de trabajar o jugar con las nuevas tecnologías".

Seis son las áreas en las que se centran durante la semana que dura el campus: robótica, impresión 3D, drones, ciencia divertida, programación y escaneo en tres dimensiones. Durante esa semana, los pequeños utilizan los robots seleccionados por la Xunta para las clases de secundaria o aprenden a elaborar un spinner con impresión 3D, algo que les permite adquirir fundamentos físicos y geométricos. En programación, los pequeños descubren algunos conceptos básicos de computación, conocimientos que "ellos pueden incorporar a su vida, ya que tratamos de que los interioricen a través del diseño de programas interactivos, por ejemplo". Uno de los considerados grandes premios por los alumnos, es la posibilidad de, a través de un escáner de luz estructurada, proceder a un escaneo en tres dimensiones de su propio cuerpo para elaborar una reproducción. Aunque es en blanco y negro, todos se la han llevado a su casa, e incluso, "algunos han regresado con ella perfectamente pintada".

El campus forma parte de un proyecto mucho más amplio cuyo objetivo es impulsar el uso de las nuevas tecnologías, una iniciativa que gira en torno a Salnés Campus el proyecto que se asienta en el pazo de Vista Real.