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El acta y demás documentos se custodian en la cripta

El acta que se levantó entonces, de la cual se conserva el original junto al cuerpo del santo, con todos los demás documentos referentes al mismo, dice así: "En la villa y puerto de Carril a 12 de abril de 1817, Ramón Flórez Villamil, cura y rector propio de Santa Eulalia de Gil, Arciprestazgo de Salnés, y comisionado por Rafael de Murquiz y Aldunate, actual arzobispo, para el reconocimiento del sagrado cuerpo de San Fidel mártir, que se halla depositado en la isla de Cortegada y capilla del mismo nombre inmediata a esta villa, pasó con los señores Cayetano Blanco rector en este puerto, Bernardo del Río y Lema cura de Santa María de Portas, Pedro Barros de Alemparte de la de San Pedro de Lantaño, Simón Álvarez Robes, Juan Enríquez Juez y Justicia ordinaria en ella, Miguel Guisande Rejidor, y Santos Iglesias procurador general, a la citada capilla de Cortegada y habiendo examinado bien por menor la urna en que se halla colocado San Fidel y arreglado en un todo a la Auténtica y más particulares que se previenen, he observado que sus sellos estaban intactos y con las mismas armas iguales a la expresada Auténtica sin que fuese abierta la urna ni en ella colocado otra cosa que el santo cuerpo, hallándola en un todo igual como también observaron los que aquí se distinguen; y al día siguiente se trasladó procesionalmente a esta iglesia parroquial, y en el sitio destinado para su colocación se puso a la veneración pública de los fieles, habiendo sido con todo el aparato y solemnidad que merecía tan respetable acto; y porque en todo tiempo conste el expresado reconocimiento se depositan estos documentos en una cajita que se conservará unida al Santo para que su memoria no perezca".

La fecha que finalmente quedará señalada como principal en la advocación a este santo será la del domingo posterior a la festividad del Apóstol Santiago.

A lo largo del siglo XIX la fiesta de San Fidel fue adquiriendo cada vez mayor auge y, los días anteriores a la misma se concentraban en el entorno de la iglesia gran cantidad de romeros, que dormían en el atrio o en el interior de la iglesia esperando la llegada del día y de la hora de la remisión de sus culpas. Muy posiblemente se había construido un gran lavatorio que durante largas épocas estuvo situado en el atrio de la propia parroquial; todavía se recuerda situado en el exterior al lado de la puerta lateral, usándose incluso como pila bautismal.

El Papa Pío VII concedió indulgencia plenaria y remisión de todos sus pecados a todos y cada uno de los fieles de ambos sexos que, verdaderamente arrepentidos, confesados y comulgados visiten la iglesia parroquial de Carril en las fechas señaladas en la propia Bula papal; como consecuencia de este privilegio gran número de romeros acudirán a Carril pare recibir estos espirituales.

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