El mercado inmobiliario de Vilagarcía ha registrado el mejor arranque de año desde que estalló la crisis económica. Así lo demuestran los datos del Instituto Galego de Estadística (IGE), que atribuyen a la capital arousana un total de 72 viviendas vendidas en el primer trimestre de 2017, lo que significa un incremento del 53% en relación al mismo periodo del ejercicio anterior. Hay que retroceder hasta 2009 para encontrar un volumen de transacciones mayor -siempre comparando los tres primeros meses del año-.

La caída de precios es uno de los motivos que están detrás de este espectacular aumento de la venta de viviendas en el municipio vilagarciano. Así, las tasaciones realizadas por el Ministerio de Fomento en la ciudad ponen de manifiesto un progresivo -y por el momento imparable- descenso del valor de los pisos desde que entre enero y marzo de 2008 alcanzase los 1.329 euros por metro cuadrado. Este importe ha ido cayendo de forma paulatina año a año hasta llegar a los 812 euros -por metro cuadrado- de la actualidad. Las cifras que maneja Fomento incluyen tanto vivienda a estrenar como de segunda mano. Todas ellas son libres.

En este sentido, de los 72 inmuebles vendidos en el primer trimestre del año en Vilagarcía, 23 eran nuevos, lo que se traduce en un tercio del total y en el volumen más alto desde 2010, pues en los últimos años la compraventa de vivienda sin usar fue algo meramente testimonial, ya que apenas se construyó obra nueva.

Resurge la obra nueva

Pero la reciente rehabilitación de varios edificios en la ciudad ha permitido que la obra nueva se empiece a mover. No obstante, el número de transacciones nada tiene que ver con los niveles precrisis, cuando se han llegado a vender en la capital arousana más de 200 pisos en tan solo un trimestre.

En plena burbuja, la vivienda nueva en Vilagarcía representaba aproximadamente dos tercios del total. Actualmente, aunque la compra de apartamentos de primera mano ha repuntado, todavía sigue siendo inferior a la de la vivienda usada (23 frente a 49).

Además del descenso de los precios de la vivienda, algunos economistas sostienen que los ahorradores parece que ya no tienen tanto miedo a comprar un piso, cambiando la cuota del alquiler por la de una hipoteca.

En otro orden de cosas, aparte de la venta de vivienda, otro de los factores que refleja el inicio de una cierta recuperación para el sector inmobiliario lo constituyen las licencias de obra.

Los datos de que dispone el Ayuntamiento revelan un incremento del 20% en la concesión de licencias urbanísticas de todo tipo, al pasar de 601 en 2015 a 726 en 2016.

Los ingresos que esta actividad reportó a las arcas municipales se tradujeron en 145.085 euros en concepto de tasas, apenas 600 euros más que en 2015.

Esto se explica por varios motivos. Aunque las licencias de obra mayor (tributan en proporción al presupuesto del proyecto) fueron las que experimentaron un mayor repunte, la inmensa mayoría se trataron de obras de menor envergadura o incluso de aquellas que, como las parcelaciones de fincas, no necesitan presentar presupuesto y por tanto pagan solo la cuota fija mínima. Además, en 2015 el Concello facturó tasas de obras públicas importantes, como la ampliación del Hospital do Salnés o la reforma integral de la Casa del Mar, lo que contribuyó a incrementar la recaudación municipal en concepto de tasas urbanísticas.