Un millar de raciones de pollo asado se sirvieron ayer entre los asistentes a la última cita gastronómica del verano en Ribadumia. Se pone así fin a un ciclo que comenzó en junio con San Antonio y que se completó el pasado fin de semana con las fiestas del Carmen.
La asociación cultural Festas de Ribadumia ha sido la encargada este año de organizar la XXII edición y para ser la primera vez han triunfado pues la mayor parte de los asistentes han disfrutado de un espectacular domingo campestre en el que además de raciones generosas y buen vino tinto, estuvo amenizado con la música del grupo folclórico Os Carballeiras y el ritmo del Dúo Azabache.
Vanesa Míguez, portavoz de la comisión, se mostraba muy ilusionada con un resultado que anima a la asociación a continuar en años sucesivos.
"Este es el primer año que organizamos esta fiesta tras constituirse la asociación con la finalidad de recuperar otras celebraciones como San Antonio y el Carmen que llevaban desaparecidas cinco o seis años", explica.
Y es que fue esa ilusión de un grupo de 15 personas, de entre 23 y 96 años pues cuentan con el impulso de su párroco Dositeo Valiñas, la que permitió que la Festa do Polo Asado se celebre por 22 años consecutivos, al coger la asociaicón el relevo del Club Deportivo de Ribadumia.
Pero el motivo de base es ante todo sacar provecho a la espectacular carballeira de Barrantes, uno de los espacios naturales más privilegiados de la localidad.
Festa do Polo. // Noé Parga
En ella todavía quedan citas este año como la celebración religiosa de San Roque, a mitad del próximo mes de agosto, y también la patrona Santa Eulalia, que se conmemora en diciembre.
La Festa do Polo Asado se coló entre todas las citas religiosas con un fin económico cuando Chuco Martínez Olveira tuvo la ocurrencia de obtener fondos para la asociaciación. Y cierto que beneficios han tenido de nuevo ayer con raciones de pollo, pan, vino, postre y café a 8 euros, lo que multiplicado por mil es mucho dinero.
Una cantidad que además se repartió de forma proporcional con beneficios para la asociación cultural, el matadero "O Tres" de Barrantes y las cinco panaderías que sirvieron las barras de la comida.
