La propia conselleira de Mar, Rosa Quintana, en una reciente visita a A Illa de Arousa, alertó de que este tipo de comportamientos por parte de los furtivos de bañador no solo son perjudiciales para la economía de las mariscadoras, sino también pueden convertirse en un peligro para la imagen del marisco gallego. No en vano, el marisco extraído sin control por los furtivos de bañador no sigue el trazado del que se recoge legalmente y no es sometido a un importante proceso de depuración que garantiza por completo sus condiciones sanitarias y su consumo.

"Al no haber pasado esos controles, puede generar un serio problema sanitario y dañar, todavía más, a todo un sector que está cumpliendo con la normativa" y que por culpa de unos inconscientes, puede ver dañada su imagen.

Quintana no dudó en ponerse del lado de las mariscadoras y reclamar un compromiso a la sociedad "para erradicar estas prácticas". La titular de Mar se comprometió con las mariscadoras a recibirlas en las próximas semanas para analizar la situación, aunque todavía no se ha confirmado fecha para este encuentro.