Definido como "O illote dos mortos" por el historiador Manuel Gago, los últimos descubrimientos que se han realizado en el islote han sido gracias a las mareas, un efecto natural que también se ha convertido en la principal amenaza para la pervivencia de los restos arqueológicos que existen en Areoso. La mámoa 4 es un ejemplo de ello, ya que fue descubierta tras los temporales que se registraron en los inicios de 2011. Ante la posibilidad de que pudiese desaparecer, como ocurrió con la mámoa 5, la Dirección Xeral de Patrimonio y Costas del Estado decidieron instalar un muro de protección que frenase la erosión del mar.

Este muro consiguió en parte el objetivo, ya que la erosión no avanzó en la zona que protege, pero si en las inmediaciones, descubriendo una parte importante de la mámoa. El monumento megalítico es muy importante para la investigación arqueológica, como se explica en el blog Guidoiro Dixital, ya que, aparentemente, el dolmen se encuentra intacto algo que no ocurre con los que se encuentran en zonas más accesibles, ya que todos ellos han sido saqueados. A ello hay que sumar que la cámara presenta una forma de la que no se conocen paralelismos en Galicia, por lo que puede resultar muy interesante conocer cuál es su cronología y la forma en la que fue empleada. La excavación de la zona exterior también puede tener su importancia ya que puede ofrecer datos de las diferentes actividades relacionadas con la tumba que, entienden en Guidoiro Dixital, es necesario documentar para entender mejor como funcionaba. De hecho, el mar ha permitido localizar la existencia de un importante cuncheiro.