Los contenedores subterráneos instalados en la entrada a Rey Daviña desde la plaza de Galicia, un entorno que pretende ser peatonalizado en su integridad por el Ayuntamiento, presentan un notorio estado de abandono que provoca innumerables quejas de los peatones.

Muy deteriorados, carcomidos por el óxido, con escaso o nulo mantenimiento pues incluso se han borrado los colores y letreros que identifican el tipo de residuos, la instalación se ha convertido en un problema higiénico, pero también un riesgo para la integridad de los peatones cuando Vilagarcía aumenta la población por el turismo.

El foco insalubre se encuentra justo en el epicentro de Rey Daviña, a la salida de comercios, oficinas y las principales cadenas comerciales, y que por ende se ha convertido en uno de los puntos más concurridos de la ciudad.

De ahí que la indignación crezca entre los usuarios que consideran inconcebible que esa zona de la ciudad presente un estado de suciedad tan deplorable.

La mancha de aceite se observa no solo en la plataforma en la que se han instalado los depósitos subterráneos sino que se extiende casi hasta la mitad de la calle, donde el cambio de color de la piedra es evidente.

Los vecinos urgen una actuación de limpieza en profundidad de este espacio que ha sido rehabilitado hace menos de una década con fondos europeos del llamado Plan E.

Cabe recordar que el Ayuntamiento adquirió en su día una barredora automática, cuyo uso parece desaprovechado si se tiene en cuenta el estado de suciedad incrustada en muchas de las calles recién empedradas de la ciudad.