La jornada de ayer en Cambados estuvo marcada por la tradición desde primera hora de la mañana, cuando arribaron desde varios puntos de la comarca, más de treinta dornas, gamelas y botes de Ribadeo, a la playa de San Tomé. Después de la espectacular llegada, vecinos y turistas atraídos por los típicos barcos, pudieron contemplar el izado de las velas, al sonido de las gaitas, conmemorando así los cien años de la cofradía.

Una vez amarradas las embarcaciones, hubo todo tipo de actividades en tierra, desde un concurso de dibujos sobre el mar hasta una ruta a pie por la zona, y por supuesto no faltó la comida de confraternidad que tuvo lugar en el Salón Peña. Allí las tripulaciones participantes en la regata pudieron disfrutar de un entretenido descanso en el que intercambiaron impresiones sobre sus inquietudes marítimas, y se les hizo entrega de las camisetas del evento.

Lo más esperado fue, sin duda, la regata que recorrió la ría desde la Torre de San Sadurniño hasta la isla de A Toxa, una travesía que transcurrió sin incidentes y con el mar en calma y que duró algo más de lo previsto, puesto que según comentaba Fernando Pombo, de la Asociación de Vela Tradicional de Cambados, el recorrido previsto era de hora y media. Más de cien personas entre todas las tripulaciones disfrutaron de la Regata do Salnés, más conocida como Memorial Tito Silva, un evento que se viene celebrando desde hace ocho años para homenajear al propietario de la famosa "Airexa".

"Nécora" fue primera

La dorna Nécora fue la primera en llegar a tierra, con bastante ventaja sobre las demás embarcaciones. Le seguían por detrás varias dornas polbeiras, que fueron las grandes protagonistas de la jornada. Pasadas las 20.00 horas, las tripulaciones se volvieron a reunir de nuevo en el Salón Peña para recibir sus respectivos trofeos y disfrutar de las actividades programadas para la noche por las asociaciones de Vela del municipio.

No será la última vez que las tripulaciones de las embarcaciones tradicionales se encuentren tanto en mar como en tierra, pues el verano es una época en la que se multiplican las regatas y las actividades relacionadas con la cultura marítima tradicional, propiciadas sobre todo por la meteorología, tan importante cuando de lo que se trata es de navegar a vela.