En las últimas décadas se ha implantado una tendencia a retirar los vehículos del centro de las ciudades, otorgando ese espacio a los peatones, para convertir los cascos urbanos en zonas mucho más humanas y atractivas para las personas. A ese movimiento no ha sido ajena la comarca de O Salnés, ganándose espacios importantes en municipios como Vilagarcía, donde el comercio ha florecido. Sin embargo, aplicar esas medidas de movilidad no es precisamente sencillo y en ocasiones es difícil de entender por los principales afectados. Además, también está el problema del cómo llevarlas a cabo, ya que no se puede aplicar una peatonalización sin tener en cuenta como funcionan los flujos de vehículos y sin bolsas de estacionamiento adecuadas.
El último municipio que se ha puesto a trabajar en ello ha sido A Illa, con la redacción del Plan de Mobilidade Urbana Sostible (PMUS), en el que se va a contar con las aportaciones de las entidades sociales y económicas del municipio, así como de las personas que quieran participar en ese diseño urbano. Los resultados se conocerán en breve, aunque sí está claro que esa peatonalización partirá desde la plaza de O Regueiro y se extenderá, en forma de malla, por el casco urbano en el futuro. También se trabaja en buscar alternativas para los tráficos que atraviesan el casco urbano, e incluso, la posibilidad de crear alguna bolsa de estacionamiento o un transporte público adecuado.
Antes de A Illa, municipios como Vilagarcía llevan años trabajando en la fórmula para que los peatones ganen más espacios, retirando del interior de la ciudad la circulación de vehículos, una medida que no quieren dejar a un lado. Así lo reconoce la edil de Urbanismo, Paola María Mochales, al apuntar que "hemos realizado un plan de posibles peatonalizaciones, que elaboró el equipo redactor, porque nuestra intención es continuar con ellas, pero de forma que tengan sentido". De hecho, el objetivo es ir creando una malla que una el entorno del convento de Vista Alegre con la plaza de la Constitución, aunque buscando alternativas para el tráfico rodado a través de radiales, "que los coches puedan entrar al casco urbano, pero ya con la intención de abandonar el centro".
Un primer paso será el de completar la peatonalización de la plaza de Galicia, sacando el tráfico de un pequeño tramo de la calle Padre Feijóo, un proyecto que "está revisando la Diputación, y en cuanto nos dé el visto bueno, comenzaremos a actuar, uniendo esos dos entornos, el de Vista Alegre y la plaza de la Constitución, quedando pendiente el paso de la calle Alejandro Cerecedo, que es muy complicado de eliminar por los flujos de tráfico que existen en esa zona".
Una vez completada esa zona, el siguiente paso sería el de actuar sobre la plaza de la Independencia, cuyo proyecto se encuentra en fase de redacción y que, en el futuro, abrirá las puertas a una futura unión con el espacio de la plaza de Galicia. "Nuestra idea no es crear islas independientes, sino darle una continuidad a un proyecto que se inició con la peatonalización de Rey Daviña, proyecto que fue muy criticado en su día, pero que ahora nadie sería capaz de entender Vilagarcía con vehículos en esa calle", explica María.
Ese crecimiento exponencial de zonas destinadas a los peatones debe ir acompañado de "iniciativas tendentes a mejorar la movilidad, es decir, fomentar el transporte público o dar servicios como el Vai Bike, alternativas al uso del vehículo por la ciudad; nosotros estamos trabajando mucho ese aspecto, buscando que la gente se acabe acostumbrando a no depender del coche para moverse por una ciudad como es Vilagarcía".
