Xarope Tulú no es una compañía teatral al uso, no suelen trabajar con títeres ni con grandes escenografías, pues la mayoría de sus personajes caben en el interior de un baúl que viaja con ellos a todas partes. La actriz Atenea García y el músico Nicolás Zamorano son los alter-ego de este proyecto que combina narración oral y música, con escenografías típicas de libros "pop-up". Una especie de teatro de objetos con la música como hilo conductor que está dirigido al público infantil, aunque en realidad es un proyecto pensado para todos los públicos.
-La compañía se encuentra en estos momentos inmersa en pleno proceso de creación de un nuevo proyecto, el enésimo de Xarope Tulú, pero ¿como nació esta peculiar compañía?
-La verdad es que yo trabajaba como educadora, pero siempre tuve claro que quería montar algo propio, algo que estuviese relacionado con el teatro infantil, y así nació la compañía en febrero de 2015, a la que más tarde se incorporó mi compañero Nico. El éxito que tuvimos con "A miña primeira viaxe", en la que a través de la percusión hacíamos que se escuchara el latido del corazón de un feto, nos animó a seguir, y aquí nos encontramos ahora, girando por varios puntos de Galicia con varios montajes y gestando un nuevo proyecto en el que estamos implicamos a más gente.
-¿ Y como son sus espectáculos a través de ese pequeño universo de objetos que les acompañan?
-El teatro de objetos en el que nos movemos nos permite reducir espacio y hace que el espectáculo sea más versátil. Normalmente hay un músico en escena, Nicolás Zamorano, el compone las melodías, que son el hilo conductor de las piezas. Del baúl con el que viajamos salen todo tipo de objetos, nuestros personajes, y en alguna pieza pues también sacamos algún títere, como ocurre en Estrafalaria. El público suele interactuar con nosotros, y en ocasiones los subimos al escenario, y tengo que confesar que se crean sinergias muy especiales, curiosean en el decorado y se meten en la historia. Al final los espectáculos están siempre en continúa transformación.
-¿Que ocurre en "De Bruídos y Miañares", la obra con la que llegan al Festival do Estío?
-El hilo conductor de este montaje son los animales, a los cuales les ocurren cosas muy extrañas. Por medio de la historia que contamos transmitimos a los niños una serie de valores como el respeto o el compañerismo, tratamos siempre de potenciar la parte humana. De todas nuestras piezas trasciende siempre una moraleja. Además creamos una atmósfera sonora completa a través de los instrumentos, que nosotros mismo fabricamos con materiales reciclados. Jugamos con el blues o el rock'n roll ,pero llevados a nuestro terreno. La parte musical es muy importante en Xarope Tulú.
-Y en cuanto al nuevo proyecto en el que están trabajando, ¿qué podría anticipar?
-Se llama "Nómades" y es algo bastante distinto a lo que venimos haciendo hasta ahora. Está orientado a niños a partir de seis años y versa sobre la identidad de género. Llevamos meses con la fase de investigación y documentación y a partir de agosto nos meteremos de lleno a crear. Nuestra intención es que el espectáculo vea la luz en octubre. En él están implicados dos bailarines, Fran y Diego Martínez, y el dramaturgo Juan Sendino. Es un gran cambio dado que hasta ahora solo éramos dos, pero estamos también muy contentos de poder compartir escenario con compañeros nuevos. Además estamos muy agradecidos a todos los que nos echan una mano, como Alba Blanco que hizo el cartel de la obra y Sara Pérez, que hace todos nuestros vídeos promocionales desde el principio.
-Con tanto ajetreo, ¿cómo se presenta el verano en términos profesionales?
-Pues bastante movidito. Estaremos girando por varios sitios. Representaremos la obra "O Cardume" en O Grove, y en las fiestas del Apóstol, en Santiago estaremos con "Estrafalaria". También haremos una minigira por Vigo y actuaremos en Marín. Estamos muy contentos, no solo con el éxito de las obras y la acogida de la gente sino también con la promotora Urdime, a través de la que trabajamos actualmente, ya que además de tener muchas más giras, compartimos con ellos nuestra filosofía. Cuidan cada detalle más allá de lo puramente comercial, y eso es algo que se agradece.
-¿Y cuáles podrían decir que son sus referentes a nivel narrativo o estético? ¿En qué se inspira Xarope Tulú?
-Bebemos de varias fuentes, por ejemplo a la hora de narrar nos inspira muchísimo Celso Fernández Sanmartín, que domina el ritmo de una manera maravillosa. A nivel estético Teatro Gorakada, de Euskadi, nos parece maravilloso. Y realmente nos inspiramos mucho en los cuentos y en la estética de Oliver Jeffers y en la estructura de los cuentos de Emily Hughes. Pero también hay editoriales gallegas que nos inspiran como Patas de Peixe.
-¿Como está actualmente el panorama del teatro infantil en Galicia?
-En estos momentos hay muchas compañías dedicándose al teatro infantil con mucha calidad y mucho compromiso por lo que están haciendo, y está creciendo también la música infantil. Raquel Queizás es una de las contadoras de referencia en Galicia. La verdad es que existe un movimiento muy chulo.
-¿Donde les gustaría estar dentro de cinco o diez años?
-Aún queda mucho para eso, pero nos gustaría estar girando fuera de nuestras fronteras, por Latinoamérica por ejemplo, cuidando del tipo de espectáculos que venimos haciendo hasta ahora y seguir generando sensaciones en la gente. Además nos encantaría crecer, tener un proyecto que implique a más personas, teniendo más medios para trabajar y expandiéndonos en el terreno humano. Xarope ha crecido en estos dos años, ya tiene paredes y techo, es una casa que se está cuidando para seguir cobijando historias y no perder de vista el niño que llevamos dentro.
