El presidente de Cáritas Interparroquial de Arousa, Francisco Fernández, está convencido de que "la Risga debería ser una prestación concedida a cambio de hacer algo, de desempeñar un trabajo, aunque sea de jornada reducida".Considera que la obligación de desempeñar un trabajo para tener derecho a esta ayuda "reduciría el riesgo de desestructuración de la persona".

"La gente que está a punto de caer en la indigencia pierde los horarios de las comidas y del descanso, descuidan su higiene personal y la limpieza de la ropa", asevera. Por ello, considera que la obligación de cumplir con unas responsabilidades para cobrar la ayuda propicia que el beneficiario "no pierda el control sobre sus ritmos vitales. Que tengan disciplina de vida, porque sin disciplina no hay nada".

En este sentido, señala que en Cáritas Interparroquial "somos muy estrictos con los horarios del comedor, y la gente sabe que si llega tarde se queda sin comer. Con eso lo que pretendemos es que los usuarios no pierdan el control sobre sus horarios".

En lo que respecta a la cuantía de la ayuda, de algo menos de 400 euros para una persona sola, aduce que "no es mucho, pero también hay que pensar que es lo que gana una persona que trabaja a media jornada. Las Risgas tienen que estar reguladas porque hay perceptores que ni siquiera se presentan a las reuniones con los orientadores". En cuanto al hecho de que se abonen tantas rentas en Vilagarcía, Fernández lo relaciona con el drama del gran número de toxicómanos.