Un arousano que hoy entre por la puerta de los servicios sociales de su ayuntamiento para solicitar la Risga -una ayuda para aquellas personas sin ningún ingreso- tardará en torno a tres meses en cobrar la primera mensualidad, siempre y cuando tenga derecho a ella.

La Renta de Inclusión Social de Galicia (Risga) se ha convertido para muchas personas y familias en la última tabla a la que aferrarse en medio del naufragio. Se trata de una ayuda que concede la Xunta de Galicia a personas que se han quedado sin ingresos y que no tienen derecho a paro, ayuda familiar o pensión alguna. Es, de algún modo, la última barrera para evitar el paso a la mendicidad.

El periodo medio de espera para cobrar la Risga ronda en estos momentos los tres meses. Un periodo que los técnicos de los servicios sociales de los ayuntamientos de O Salnés consideran excesivo en muchos casos. Sea como fuere, hace apenas un año la situación era mucho peor, puesto que entonces el periodo de espera se situaba entre los cinco y los seis meses.

"Había gente que pedía la Risga, y que para cuando se la concedían ya había encontrado un empleo, porque no se podía permitir el lujo de esperar tanto tiempo por la ayuda", afirma un técnico de servicios sociales.

El número de demandantes de esta renta se disparó con la crisis económica, y la tramitación administrativa requiere su tiempo, de ahí que los plazos aún puedan parecer exasperadamente largos en muchos casos.

Según el último cómputo oficial del Instituto Galego de Estatística, en O Salnés hay 410 perceptores de la Risga. Una cifra muy superior a la de antes de la crisis económica, puesto que entonces solo la cobraban 110 personas. La paga es actualmente de 399,38 euros en el caso de una persona sola, pero recibe unos complementos familiares según el número de miembros de la unidad familiar.

Por municipios

El Ayuntamiento de Vilagarcía es donde más rentas de este tipo se abonan. En el último censo cerrado, el correspondiente a 2015, figuraban como beneficiarios 288 vecinos. Esto supone una de las cifras más elevadas de toda Galicia, solo superada por las ciudades más pobladas de la comunidad.

Le siguen Cambados, con 41 perceptores, y Vilanova, con 34.

En Sanxenxo, hay 20 vecinos que perciben la ayuda, en Meis son nueve, en O Grove y Meaño hay seis perceptores, respectivamente, en A Illa son tres y Ribadumia cierra la tabla con dos.

El perfil de los usuarios es muy variado, y va desde un padre o una madre solteros o divorciados con hijos a su cargo, hasta una mujer víctima de violencia de género, personas con problemas de alcoholismo o drogadicción -para poder recibir la Risga tienen que demostrar documentalmente que están en proceso de rehabilitación y desintoxicación, o miembros del colectivo gitano. En el caso de las víctimas de malos tratos sí se aplica un pago "inmediato", que por término general se resuelve en un periodo de entre 20 días y un mes.

Hay un porcentaje de mujeres solicitantes muy superior al de hombres. Así, en O Salnés había en 2015, 253 perceptoras, por 186 varones; y en Vilagarcía eran 156 mujeres, por 102 hombres.

Pero obtener la Risga tampoco es un cheque en blanco. Los servicios sociales tienen que realizar un seguimiento periódico. Así, por ejemplo, se comprueba que el solicitante esté realizando una búsqueda de empleo o participando en proyectos de orientación laboral; que los hijos estén escolarizados y vacunados; o que un drogadicto en proceso de rehabilitación acuda al SPAD de Vilagarcía.

Posibles mejoras

Los técnicos de servicios sociales consultados opinan que esta ayuda es un balón de oxígeno para personas o familias que están ya con el agua al cuello, pero que se queda corta "para proyectos de vida a largo plazo". En este sentido, los profesionales señalan que los requisitos que exige la Xunta son en algunos casos muy estrictos. Así, por ejemplo, no se permite compatibilizar la Risga con ninguna pensión, aunque el importe de ésta sea inferior a la de propia Risga; como tampoco se permite convivir con los padres. "Puede darse el caso de una madre o un padre divorciado con hijos que tiene que acudir a casa de sus padres porque con los 400 euros de la Risga le llega a poco más que para el alquiler. Pero en el momento en el que se mete en casa de sus padres ya se queda sin derecho a la Risga". Estas fuentes también llaman la situación de desamparo en que quedan los inmigrantes indocumentados.