El empresario Manuel Ochoa asegura que "gracias a Miguel Pérez se salvaron instalaciones como mi cámping, aunque la sentencia llegara tarde, pero también las de otra mucha gente de O Grove que pudo haberse evitado todo esto si las cosas se hicieran políticamente bien en los años ochenta".

Sin embargo, "la ineptitud de los diferentes gobiernos y de los grupos de la oposición hizo imposible conseguir un planeamiento urbanístico, y al final acabó pagando el pueblo".

Lo que quiere decir es que "con la sentencia de abril se dio al pueblo de O Grove lo que tenía que habérsele dado en 1981, ya que los núcleos consolidados lo serían de hecho y de derecho desde entonces, como se argumentó en el recurso del Concello a instancias de Manuel Barbeito, que nos pidió que solicitáramos la redelimitación de núcleos en base a la nueva ley del suelo, y porque Miguel Pérez tomó la decisión y asumió la responsabilidad política".