El escultor Francisco Leiro presenció los trabajos de instalación del Cristo que hace un año creó para una exposición en México y que ya se puede ver sobre el altar mayor de las ruinas de Santa Mariña.

Se trata de una escultura en madera de roble (la figura) y pinotea (la cruz) de enormes dimensiones, tres metros de largo por dos de ancho, que requirió precisión para ser colgada de los mismos clavos que la anterior imagen, guardada desde 2013 en el taller de un restaurador local.

El teniente de alcalde cambadés Víctor Caamaño agradece el gesto del prestigioso escultor que cede voluntariamente este trabajo en una época en la que el singular cementerio arousano recibe el mayor número de visitas turísticas.

El camposanto de Santa Mariña está incluido en la ruta de cementerios singulares de España por su belleza arquitectónica y forma parte de los recorridos turísticos que se organizan por la localidad en el que se destaca la belleza de las ruinas de la impresionante iglesia románica.

La retirada de la anterior imagen del Cristo crucificado hace más de tres años ha dejado desangelado el espacio religioso por lo que ahora, con la imagen de Leiro, vuelve a lucir en todo su esplendor.

Víctor Caamaño entiende que Leiro ceda solo temporalmente la talla porque va a permanecer a la intemperie y es de madera. "La humedad favorece la presencia de xilófagos y las palomas y gaviotas tampoco respetan este tipo de esculturas", señala el edil cambadés.

Pero la instalación de la figura no queda exenta de polémica y crítica a la decisión que tomó el anterior gobierno de enviar el Cristo original al taller de un restaurador local, donde permanece guardado a la espera de que la administración o la iglesia decidan si se actúa o no sobre la imagen.

"El anterior Cristo es propiedad del Arzobispado que es el que tiene que tomar la decisión sobre su restauración y, solo en ese caso, el Ayuntamiento estaría dispuesto a colaborar", explica el concejal.

Pero el interés parece escaso por las dos partes pues la Iglesia optó por el silencio cuando el actual gobierno local envió el presupuesto para la restauración de la talla.

"Es verdad que nunca reiteramos la propuesta pero lo que está claro es que el Ayuntamiento no tiene por qué sufragar la restauración de una talla que tiene un propietario", insiste Caamaño que recuerda que se enviaron tres propuestas que suponen un gasto de entre 3.000 y 7.500 euros, en función del trabajo que se encomiende al profesional.

Caamaño considera que si se opta por la recuperación de la policromía original y, por tanto, la mayor factura, "estamos hablando de una cantidad de dinero importante a la que no pueden hacer frente las arcas municipales".

Por eso, ante la llegada del verano y las numerosas visitas que se esperan a la localidad, el Ayuntamiento considera que la colocación del nuevo Cristo del escultor Paco Leiro va a ser un aliciente más para los turistas.

"La imagen se suma a los demás atractivos del lugar como el propio cementerio, el mirador o el monte de A Pastora, uno de los lugares más visitados por los turistas que llegarán en estos días a Cambados".

Pero añade Caamaño que la imagen solo podrá permanecer durante unos meses, quizás hasta octubre o noviembre, en la pared que abriga el altar porque la humedad pondría en riesgo la obra de arte.

Para su instalación en la mañana de ayer se han extremado los cuidados no solo con el fin de preservar la imagen sino a la hora de conservar las ruinas de Santa Mariña, con protección monumental.

"Aunque a Leiro le habría gustado que la Cruz estuviera a mayor altura se optó por emplear las clavijas existentes para no tocar ni una sola de las piedras de la iglesia", explicó el edil nacionalista cambadés.

Asimismo descarta la posibilidad de cubrir la imagen con una vitrina o un baldaquino como se propuso hace décadas para proteger la vieja imagen que presidía este camposanto urbano.