Los bateeiros gallegos quieren más potencia en sus embarcaciones auxiliares. Es una vieja reivindicación, planteada también por el colectivo de percebeiros, con la que tratan de "aumentar las medidas de seguridad" cuando emplean estas pequeñas naves, con las que se acercan a las zonas del litoral en las que recogen la semilla de mejillón (mejilla) que precisan para preparar los ciclos de cultivo anuales.

Como se explicó en numerosas ocasiones anteriores, esa cría de molusco y el percebe comparten prácticamente los mismos espacios y se desarrollan mejor en las zonas costeras de mar abierto, en las rocas más castigadas por la bravura del mar y, en consecuencia, donde el peligro para los recolectores aumenta exponencialmente.

Lo que plantean los mejilloneros es que se les permita emplear motores fueraborda de más potencia, ya que de este modo podrán moverse mejor entre las rocas, sortear las peores embestidas del mar y, en definitiva, maniobrar con mayor rapidez "para salvar la vida".

50 caballos de vapor

Hay que tener en cuenta que el decreto por el que se regulan las artes, aparejos, útiles, equipos y técnicas permitidos para la extracción profesional de los recursos marinos vivos en aguas de competencia de la Comunidad Autónoma de Galicia determina que la potencia máxima de las embarcaciones auxiliares de acuicultura incluidas en la lista 4ª del Registro de Buques Pesqueros que dispongan de motor fueraborda será de 50 caballos.

Y lo que exponen los acuicultores es que "no tiene ninguna lógica limitar así la potencia de nuestras embarcaciones porque aumentarla no significa capturar más, ni mucho menos, sino que se trata de una cuestión de seguridad".

Explican que "con un motor de cien caballos puedes sortear mucho mejor una embestida de las olas y evitar nuevas tragedias".

Incluso explican que "ampliar la potencia de las embarcaciones, tanto para nosotros como para los percebeiros e incluso los mariscadores, es algo que no tiene que preocupar a nadie, ya que hay topes de captura diarios establecidos por cada tripulante, por cada barco o por cada batea, y lo que vamos a hacer es recoger esos topes tanto con cincuenta como con cien caballos de potencia; la única diferencia es que aumentándola estaremos más seguros o realizaremos antes nuestro trabajo".

Dirigentes del sector mejillonero apuntan, en relación con esto, que "se nos ponen todo tipo de trabas, se nos exigen botiquines y se adoptan medidas que supuestamente tratan de garantizar nuestra integridad física, pero sin embargo se permite que nos enfrentemos al oleaje más intenso del Atlántico en lanchas con motores de juguete".

Al parecer ya plantearon esta reivindicación en repetidas ocasiones durante los últimos años, "pero la Consellería do Mar sigue sin hacer nada al respecto y se limita a echar balones fuera diciendo que esto es competencia de Madrid".

En relación con esta supuesta "falta de interés" por las preocupaciones del sector, en el mismo señalan que "hay decenas de demandas pendientes de respuesta o solución, por lo que es evidente que la Administración está completamente paralizada, sobre todo desde que Juan Maneiro dejó de ser secretario xeral de Pesca".