Pescadores e investigadores reabren un viejo debate: establecer indemnizaciones para marineros o armadores que ven cómo sus artes de pesca acaban destrozadas por los delfines y otros cetáceos. La interacción entre los mamíferos marinos y los aparejos es tan real como inevitable, de ahí que tanto el sector del mar como los conservacionistas expongan sus argumentos e insten a la Administración a buscar soluciones.

Viene esto a colación de un nuevo "ataque" de los cetáceos en aguas de Arousa. Sucedió en la madrugada de ayer, cuando "se pusieron las botas" con las sardinas para San Xoán atrapadas en las redes de al menos un par de barcos de Cambados.

Desde la flota del "xeito" ponen el grito en el cielo y señalan que "con la llegada de San Xoán no solo hay que hablar de abundancia o escasez de sardina y del precio que alcanza, sino también de los estragos que causan los delfines en nuestras redes". Tal es su preocupación que ayer decían estar "cansados" de soportar estos daños en sus útiles, explicando incluso que "hay barcos con pérdidas superiores a los mil euros debido al ataque de los delfines".

Los marineros más molestos llegan a invitar a los ecologistas "a pagarnos un salario para que salgamos a pasear turistas por la ría para mostrarles delfines, ya que es seguro que los encontremos, y así ya dejamos de usar los aparejos".

Otros señalan a pie de puerto que "antiguamente, cuando había demasiados delfines en la ría, incluso se organizaban batidas, como se hace en los montes con los zorros".

La comunidad científica, ecologistas y conservacionistas saben que, efectivamente, los mamíferos marinos pueden destrozar artes de pesca, y dado que nada se puede hacer para evitarlo, plantean la posibilidad de indemnizar a los perjudicados por la acción de estos cetáceos, como ya se hace en otras partes del mundo y como sucede en España cuando lobos u osos atacan al ganado y causan pérdidas.

De lo que no hay duda es de que la interacción entre mamíferos marinos y redes, o lo que es lo mismo, la confluencia entre animales y humanos, existió siempre y deberá seguir existiendo, por lo que "solo cabe buscar el modo de convivir". En ello abunda Bruno Díaz López, un biólogo con dilatada experiencia en el seguimiento de los mamíferos marinos y su interacción con las artes de pesca y la acuicultura que dirige el Instituto para el Estudio de los Delfines Mulares (BDRI), con base en O Grove y donde realizan un trabajo internacionalmente reconocido.

"Es cierto que existe esta interacción desde que hay redes, pues los delfines siempre tratan de sacar provecho; es una realidad en todo el mundo", declara. De ahí la importancia de estudios como los que llevó a cabo tras una década de trabajo en el Mediterráneo y los que ahora realiza en la ría de Arousa, donde el biólogo constata que situaciones como la denunciada ayer en Tragove (Cambados) se repiten con cierta frecuencia.

El propio Bruno Díaz incide en que "las interacciones entre estos animales y el hombre han existido y existirán siempre; más aún teniendo en cuenta que los delfines son muy inteligentes, y cuando no hay alimento suficiente lo buscan".La experiencia del Mediterráneo

Esto se ha comprobado en zonas como el Mediterráneo, donde a causa de la sobrepesca y otros factores que provocaron la desaparición de ciertas especies la competencia entre el ser humano y los delfines aumentó, llevando a los cetáceos a "tratar de sacar provecho donde pueden", por ejemplo capturando los peces ya atrapados en las redes o los que se cultivan en las jaulas de acuicultura flotantes.

Vuelve esto a recordar el caso de los lobos y los osos antes citado, pues cuando en su hábitat natural escasea el alimento tratan de acercarse al ser humano para sacar provecho de su ganado.

En la ría de Arousa, "por suerte, la situación no es la misma que en el Mediterráneo, ya que es una de las más ricas del mundo, aunque se desconoce la situación real de los stocks de ciertas especies pesqueras y quizás empiece a existir escasez, lo que animaría a los delfines a tratar de cazar en las redes".

Como también resulta importante conocer exactamente cuál es la población de delfines residente en la ría, para lo cual el BDRI elabora un informe que "en breve daremos a conocer en un congreso a celebrar en Canadá", anuncia Bruno Díaz.

Necesidad de estudios poblacionales

Está convencido de que "conociendo mejor la población de delfines y estudiando su interacción con las redes podrá encontrarse algún tipo de solución y evitar que se genere un conflicto con los pescadores".

Conflictos que surgen tras situaciones como la acaecida ayer en Cambados, "la cual no debe ser ninguna sorpresa, porque evidentemente estos animales tratan de sacar provecho del pescado que queda enmallado en las redes".

"Otra cuestión -argumenta- es la relacionada con las pérdidas económicas que pueda sufrir el sector, que en cualquier caso es algo a lo que deben dar respuesta las Administraciones públicas".

Díaz pone como ejemplo una zona que conoce bien, la de Cerdeña, donde "si los científicos atestiguábamos que los daños sufridos por las redes en un momento puntual habían sido causados por los delfines mulares el gobierno de aquella región indemnizaba a los pescadores".

Esa puede ser la única vía, pues "de nada sirve echar la culpa a los delfines y perseguirlos, ya que el mar es su casa y la comparten con nosotros; lo mejor es encontrar el modo de que todos convivamos".¿Menos pescado?

Termina diciendo que si existe el conflicto "posiblemente se deba a que exista menos pescado en la ría y tengan que cazar el que tienen en las redes, pero en cualquier caso son hechos puntuales, ya que no todos los delfines que viven dentro de la ría atacan las redes; lo hacen, y muestran especial preferencia por esta práctica, los que son más inteligentes", que en cierto modo encuentran en los aparejos su particular "despensa".