Juan M. Theureau de la Peña, ingeniero de Montes por la Universidad Politécnica de Madrid, declaró en una entrevista difundida por la Real Federación Española de Caza que "si se acaba el silvestrismo se acabaron todas las singularidades regionales de caza o captura en vivo o con muerte en Europa".

Está convencido de que el silvestrismo, "tal como se autoriza y se controla, es compatible con las poblaciones de aves fringílidas -familia de aves paseriformes abundantes en el hemisferio norte y África que suelen poseer un fuerte pico, generalmente cónico-, no siendo ningún problema de conservación para ellas".

Este especialista cree que limitar la actividad a la cría en cautividad "no soluciona ningún problema de conservación, aunque sí se origina un problema social donde no lo había".

Ante las normas que prohiben la captura de especies silvestres, lo que muchos tachan ya de "silvestrazo", Juan M. Theureau de la Peña llega a decir que es "la victoria del animalismo frente al humanismo", pues imponer la cría en cautividad como única vía "es la excusa para satisfacer el deseo de impedir el silvestrismo incluso antes de que muchos conozcan en qué consiste".

A modo de resumen indica que "prohibir las capturas en el campo conducirá a la baja progresiva en el número de silvestristas y concursos; algunos sí continuarán siendo silvestristas, serán algunos pocos privilegiados que puedan dedicar muchos recursos y tiempo a la cría y otros que seguirán siéndolo gracias al furtivismo".