El PSOE gobierna en minoría en dos municipios, Vilagarcía y O Grove, pero el PP no tiene ninguna posibilidad de desalojar al partido del puño y la rosa en ninguno de ellos. Los socialistas están amparados en ambas poblaciones por unos concejales progresistas que aunque en algunos casos sean poco amistosos con el PSOE, lo son aún menos con el PP.

En Vilagarcía, el gobierno de Alberto Varela ha encontrado hasta ahora como principales aliados a los dos ediles del BNG y a Miguel Alves, que abandonó la disciplina de Esquerda Unida y que ahora, como edil no adscrito, le ha quitado en un par de ocasiones las castañas del fuego al PSOE.

En esta localidad, ha dejado la corporación la portavoz del BNG, María Villaronga, y Tomás Fole, flamante nuevo diputado estatal, ha dejado su lugar al frente del partido de Alfonso Gallego.

En O Grove, los cambios más significativos a nivel político que se produjeron en los dos últimos años fueron las defunciones políticas de Miguel Ángel Pérez (PP), que ha renunciado a luchar por una nueva resurrección (fue alcalde dos veces, pero no en mandatos consecutivos), y del galeguista Alfredo Bea, inhabilitado por sentencia judicial. El primero de ellos ha sido relevado por Beatriz Castro, que sigue al frente de los hosteleros de la localidad, uno de los sectores económicos más relevantes del municipio.