La resolución del Consorcio de Compensación de Seguros sobre los temporales de principios de febrero se hizo de rogar, pero finalmente ha llegado. Y para alivio de las compañías aseguradoras privadas, el Consorcio correrá con todos los gastos. Eso sí, solo lo hará en los casos en que estos se hayan producido a consecuencia del viento -no de la lluvia-, y siempre y cuando los daños se hayan producido en bienes asegurados previamente. Como estaba previsto, aquellos que no tuviesen seguro en sus casas o galpones no podrán esperar que el Consorcio les indemnice.
La entidad estima que tendrá que atender unas 40.000 reclamaciones, lo que da una buena medida de la magnitud de la tempestad, que fue conocida por varios nombres, según el día, entre ellos "Kurt" y "Leiv".
Las zonas más afectadas de España fueron Galicia, Asturias, Cantabria y el País Vasco, hasta el extremo de que el Consorcio asume las indemnizaciones en la totalidad de municipios de estas cuatro comunidades. Pero también se harán cargo de sufragar los daños en algunos municipios de Castilla-León, Cataluña y hasta las Islas Baleares.
Los afectados no tienen que hacer nada, puesto que serán el Consorcio y los seguros privados los que ahora gestionen el reparto de las responsabilidades. No obstante, el hecho de que el Consorcio asuma las indemnizaciones sí puede tener consecuencias prácticas para algunas gente, puesto que en primer lugar no verán penalizadas sus pólizas del año próximo con una subida derivada del parte de febrero. Seguidamente, podría resultarles más sencillo obtener una indemnización, ya que algunos seguros privados le pusieron dificultades a más de un propietario para resarcirle los daños. Fue el caso de la parroquia de San Martiño de Meis, que reparó el tejado de la iglesia -'Kurt' le arrancó de cuajo docenas de tejas-, que se encontró con una negativa de su seguro a pagar la reparación.
120 kilómetros por hora
Por término general, el Consorcio de Compensación de Seguros paga los daños de una tempestad de viento si estos fueron provocados por un tornado o si las ráfagas de viento superan por término general la velocidad de 120 kilómetros por hora. Pero hay otros casos en los que a pesar de que no se constate la existencia de un tornado o los registros de velocidad no lleguen al umbral de los 120 kilómetros por hora, el Consorcio se hace cargo igual de los gastos al considerar que hay "una probabilidad alta" de que una zona se viese afectada por una Tempestad Ciclónica Atípica (TCA). Esto es lo que ha ocurrido en O Salnés.
