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Un viaje a la Vilanova del siglo XVIII

El historiador José María Leal investiga el vínculo del municipio con la industria salazonera introducida por los catalanes

Leal posa ante la perspectiva que tuvo Mariano Sánchez para pintar el cuadro de Vilanova en 1792. // NP

Vilanova de Arousa gozó de una época de esplendor económico y social durante el siglo XVIII y el XIX. El motivo, la presencia en el municipio de los fomentadores catalanes y la puesta en marcha de diferentes salazoneras que exportaban sus productos a un buen número de lugares de la península. Ese instante fue recogido a la perfección por Mariano Sánchez en el cuadro que el Concello presentó esta misma semana, y que se ha demostrado como la primera reproducción gráfica del municipio en la historia.

Una de las personas que más conoce esa etapa en la historia de Vilanova es el historiador José María Leal, que lleva años investigando el papel de la burguesía catalana en el desarrollo del municipio, con varios artículos escritos o pendientes de publicar en revistas del prestigio de O Cuadrante. Fue precisamente el historiador el que puso al Concello de Vilanova sobre la pista de la existencia del óleo de Mariano Sánchez entre los fondos de Patrimonio Nacional en el Museo de El Pardo. "El cuadro apareció en el marco de una investigación que estoy realizando sobre la salazón en la comarca de O Salnés, y en la búsqueda de bibliografía, de forma sorprendente aparece el nombre de Vilanova en la relación de trabajos realizados por este pintor; digo sorprendente porque, en aquel momento, había puertos mucho más importantes en Galicia". Tras una ardua búsqueda del libro "Una mirada ilustrada a los puertos españoles de Mariano Sánchez" de biblioteca en biblioteca, Leal acabó encontrándolo en la de la facultad de Humanidades de la Universidad de Oviedo.

"El cuadro es una muestra inédita de la Vilanova del último tercio del siglo XVIII, cuando el núcleo estaba todavía asentándose como uno de los centros más importantes de la salazón, algo que conseguiría en el siglo siguiente, cuando llegó a haber 14 factorías, superado en la comarca por Vilaxoán, con dos más. En el óleo se puede apreciar cómo eran el barrio de O Castro y la presencia de las primeras factorías de fomentadores, además de las ensenadas que existían en Vilanova y que acabarían desapareciendo a principios del siglo XX, gracias al esfuerzo de González Besada. También se pueden apreciar toneles que, con total seguridad, estarían destinados a almacenar sardina en salazón con destino al Mediterráneo, que era el lugar con el que se comercializaba. En la ensenada se ven chalupas y pinazas; hay que tener en cuenta que las condiciones de calado en la zona no eran precisamente buenas, y los barcos de gran porte, como las pinazas, se veían obligadas a recurrir a las chalupas para las tareas de carga y descarga, explica Leal. Junto a ellas, también se ve el proceso de secado y restauración de las redes, así como de las velas de los barcos.

¿Cuales fueron los motivos por los que se eligió Vilanova por delante de otros puertos más importantes? Para Leal está claro que dentro de la ría, "Vilanova era uno de los núcleos más relevantes en la producción de salazón y su importancia en la pesca venía desde dos siglos antes, cuando se redactan aquí las ordenanzas de pesca de la Ría de Arousa, que eran de obligado cumplimiento; de esa importancia era sabedor Sánchez cuando inicia su periplo por los puertos gallegos, eligiendo Vilanova por delante de otros puertos similares, como Vilaxoán, que pese a tener más salazones, no tenía la tradición en la pesca", explica.

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