Barrantes se convirtió ayer en el epicentro de la comarca, en una jornada en la que se invistió a los nueve valedores del Vino Tinto del Salnés 2017, y que no estuvo exenta de anécdotas. Jose Manuel González, Javier y Manolo Nuñez, José Luis Estonllo, José Manuel y Jacobo Escudeiro, Manolo Lucio y el párroco Antonio Sineiro, más conocido como Tucho, juraron ayer ante más de 600 personas su fidelidad a la Orden, mientras recibían la medalla que los confirma como valedores, sellando el momento, como no, con una "cunca" de tinto. El presidente de la Orden, Luis Serantes destacó de estos ocho bodegueros su implicación con la fiesta "y su defensa del vino, del que hacen patria".

Fue Tucho, el párroco de Vilanova, quien puso el toque humorístico al acto, que adueñándose del micrófono sentenciaba que "el vino además de en las tabernas debería venderse en las farmacias", porque lo cura todo, y añadía ante las risas de los presentes, "no me extraña que Jesucristo convirtiera en agua el vino".

Al sacerdote le siguió en el discurso la pregonera de las fiestas Isabel Risco con un enérgico ensalzamiento del vino.

La actriz manifestaba entre bromas, que pronunciar un discurso después de las palabras de Tucho era toda una responsabilidad.

La reciente ganadora del Premio Mestre Mateo calificaba el tinto de "vino auténticamente medicinal", mientras se camuflaba para la ocasión con una diadema de uvas y una pequeña cesta, a la vez que levantaba un barril y hacía gritar a la gente "repetide conmigo, re-cuncar", según ella el verbo de Barrates, "porque cuando tomas una cunca, luego quieres otra y otra". Risco continuaba afirmando que si Marilyn Monroe hubiera probado el tinto de Barrantes nunca hubiera usado pintalabios, "porque este vino tiene mucho glamour".

Ante la atenta mirada del público asistente a la fiesta y de los valedores la actriz ha destacado también, en un tono menos cómico, el esfuerzo de todas las personas que trabajan con la uva, "los que la recogen, los que sulfatan, los que embotellan".

En esa misma línea, el alcalde de Ribadumia, David Castro, que estuvo acompañado por varios concejales y por la diputada provincial Digna Rivas, elogió a los ocho bodegueros escogidos por ser "personas que contribuyeron a que la fiesta fuese posible, puesto que ya participaban en ella en sus inicios, en los años 70".

Castro ha dicho que el tinto es el motor económico del concello, y que "es raro que en el pueblo exista casa que no tenga un viñedo". Por ese motivo desde el gobierno municipal saben de la importancia de hacer en cada edición más grande la fiesta.

Concurso de camisetas

En el acto se entregaron también los premios del concurso de camisetas, al que se presentaron un total de ocho prendas con diseños y lemas muy imaginativos, y en el que resultó ganador Rafael Núñez, del bar Xantadiño, con su "Tintonic". En segundo lugar, "Arriba esas noites de viño, baile e rosas que rematan moi fogosas", del club de baile B Troula, y en tercer lugar resultaba premiada Aitana Estonllo con el eslogan "Nin catalán, nin albariño, nada coma o noso tintiño".

Así mismo, tuvo lugar la entrega de premios del Concurso Fotográfico de la Asociación Pé de Cuba, en la que resultó ganadora la fofo de Elena González Serantes.

Sobre las seis de la tarde, a punto de comenzar el showcooking a cargo de Rafael Bemposta, se hacía público el dictamen de la cata final para escoger al mejor vino de 2017. Tras la comida de confraternidad que tuvo lugar en el pabellón de la localidad, se entregaron los premios a los mejores vinos. En la categoría de autóctonos resultó vencedor Daniel Abal García, de Ribadumia, y en la de tinto Manuel Núñez Señoráns, de Leiro.

Las casetas del recinto registraron ayer las mejores ventas de vino desde el inicio de la fiesta, algunos bodegueros explicaba que habrían vendido una media de 80 botellas en la primera parte del día, y otras superaban a esas horas el centenar.

Las sensaciones respecto al año pasado, según apuntaba uno de los bodegueros son de una afluencia menor de gente, "falta un poco de promoción por parte del concello", han señalado, puesto que "otros años llegaban autobuses desde varios puntos de Galicia, y de momento no hemos visto ninguno".

A la hora del vermú, cientos de personas se dieron cita para degustar los caldos y el tradicional chorizo con pan de millo, pero además pudieron disfrutar de las elaboradas tapas que cada puesto ofrecía gratuitamente con el vino.

El público congregado en la carpa saboreó los caldos a precios populares, exactamente a 1,50 euros la cunca y a 4 euros la botella.

Otro de los momentos más esperados del día fueron los conciertos que tuvieron lugar en la Praza del Concello, donde el público se citó con ganas de bailar en una tarde en la que no dejó de brillar el sol.

Desde las 19.00 horas, Sabela King & The HeartBreakers puso la nota soul y country a la tarde y a ellos le siguieron las bandas de rock Noite Fechada, Fora de Ser-vicio, Ghesgha y Sufre Mamón, encargados de amenizar la tarde al aire libre, mientras que en la carpa del recinto tenían lugar los cantos de taberna, en este caso de furancho, a cargo de la agrupación grovense "Os Firrás".

El día grande de la Festa do Viño Tinto terminó con mucho vino, mucho labio morado y bailando, una vez más, al son de las verbenas de las orquestas Charleston Big Band y Graffiti.