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El conflicto regresa a la cantina del centro social de Vilaxoán con el despido del nuevo concesionario

Cochón amenaza con denunciar a la asociación de vecinos que gestiona el edificio municipal

El centro sociocultural de Vilaxoán continúa abierto pese a este nuevo conflicto. // Noé Parga

La polémica vuelve al bar del centro sociocultural de Vilaxoán. Francisco José Cochón Torres, el concesionario al que la asociación de vecinos habría adjudicado la gestión de la cafetería -ubicada en una instalación municipal-, asegura haber sido apartado de la actividad hostelera a instancias de los directivos vecinales, a los que amenaza con denunciar ante la autoridad laboral competente.

Según la versión de Cochón Torres, la concesión de la cantina se puso a nombre de su empleada hasta que él resolviese sus deudas con la Seguridad Social y Hacienda. Es decir, que sus papeles en la realidad no se corresponderían con los que figuran en la documentación. "Los directivos de la asociación de vecinos se reunieron con la trabajadora y la presionaron para que me despidiera", declara Cochón Torres, que desde el lunes ya no trabaja en el bar que regentó durante tres meses. "Ya me envió la carta de despido", agrega.

El conflicto entre el supuesto concesionario y los vecinos estalló con motivo de los horarios del bar. "En mi propuesta que presenté al concurso ponía que abriría de 10 de la mañana a 12 de la noche, pudiendo ampliar el horario los fines de semana y los días de algún evento en el centro social", expresa Francisco José Cochón.

Según su testimonio, los fines de semana estaba cerrando "a la una y media o dos de la madrugada", un horario que para nada compartía el colectivo vecinal, que le obligaba a echar el cerrojo a las 22 horas en invierno y a las 23 en verano. "Tengo pagada la emisión de los partidos en televisión, no voy a echar a la gente con el partido sin acabar. Así un local no funciona", se queja el presunto adjudicatario, que aparte del horario, denuncia que el colectivo vecinal "quiere tener el bar como si fuese su casa, pues hasta se metía en los pinchos que ponía". "Si no haces las cosas como ellos quieren, hay problemas", añade.

Según él, pagaba un canon de 370 mensuales a la asociación de vecinos que ahora comenzará a abonar la nueva responsable del bar, es decir, su anterior empleada. "Vamos a firmar un contrato entre los dos conforme le cedo todo lo del interior hasta que termine la concesión, a final de año", concluye.

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