Desde hace más de una semana, el semáforo que regula el peligroso cruce de A Pantrigueira, en Vilanova de Arousa, se encuentra sin funcionar, una circunstancia que ha provocado un importante malestar entre los usuarios de la PO-307, que une el cruce de Cardalda con el puente de A Illa de Arousa.

La puesta en funcionamiento de los semáforos fue una reclamación de años por parte de los vecinos, ya que A Pantrigueira es uno de los puntos negros de la red viaria de Vilanova más importantes, con constantes siniestros, alguno de ellos de carácter grave.

Desde que comenzaron a funcionar, apenas se registraron siniestros, más allá de algún alcance por no respetar la distancia mínima con el vehículo precedente.

Sin embargo, desde hace una semana, los semáforos dejaron de funcionar, lo que dificulta, sobremanera, la incorporación de los vehículos que acceden a la PO-307 desde San Roque do Monte y desde A Pantrigueira. Además, también los peatones se han visto perjudicados por la situación, ya que se arriesgan a cruzar la PO-307 en un cambio de rasante para los conductores que llegan desde A Illa.

Los usuarios del vial reclaman que se solvente cuanto antes el problema que han sufrido los semáforos y que vuelvan a regular el tráfico, ya que obligaban a todos los vehículos a reducir de forma considerable la velocidad cuando pasaban por la zona, algo que ahora no ocurre.

La zona en la que se ubican los semáforos de A Pantrigueira es uno de los puntos negros viarios más importantes que todavía quedan en las carreteras de Vilanova de Arousa, aunque no el único. De hecho, en los últimos meses se han registrado un buen número de siniestros en la EP-9703, un vial muy sinuoso y sin apenas arcén que une la parroquia de Caleiro con Ponte Arnelas. La mayor parte de esos siniestros han sido salidas de vía por despistes o excesos de velocidad que, afortunadamente, se han saldado con daños materiales o heridas leves.