La decisión de la Xunta de Galicia de iniciar los trámites para la candidatura del Parque Nacional Illas Atlánticas, con sus cuatro archipiélagos Cíes, Ons, Sálvora y Cortegada, a Patrimonio de la Humanidad de la Unesco fue especialmente celebrada en Vilagarcía de Arousa. El alcalde, Alberto Varela, aprovecha para demandar de la Administración autonómica más protección para Cortegada tanto en lo que se refiere a la promoción de sus valores mediante la puesta en marcha de un centro de interpretación de la isla en Carril, como a nivel ambiental para resguardarla de los incendios forestales.

"Aplaudo la decisión porque considero que el archipiélago del Parque Nacional Illas Atlánticas se lo merece en su conjunto, y Cortegada en particular, por su valor ambiental, paisajístico y patrimonio histórico. Es el momento de que la Xunta respalde estos valores. Y aprovechando que el Gobierno de Galicia se moja y pide la declaración de Patrimonio de la Humanidad, volvemos a demandar que se tomen las medidas necesarias para que este tesoro natural esté cuidado como se merece", declaró el regidor vilagarciano.

Una de las cuestiones que demanda el máximo responsable del gobierno municipal es la puesta en marcha de un centro de interpretación de Cortegada en Carril, frente a la isla, en el que se dé a conocer su riqueza natural e histórica, ligada a la presencia de romanos y vikingos.

Este servicio para que todos los visitantes puedan conocer mejor las cualidades que atesora la isla fue demandado por el alcalde ante el Estado a través de la asociación de municipios con parques nacionales Amuparna. Pero desde el gobierno central le indicaron que con los traspasos de competencias el presupuesto estatal para Parques Nacionales se había reducido considerablemente, sugiriéndole que hiciese la gestión ante la Administración autonómica.

"Si se reconoce merecedora de la declaración de Patrimonio de la Humanidad, también tendría que considerarse que un centro de interpretación junto a la isla ayudaría mucho", apuntó el máximo responsable municipal.

Otra de las cuestiones que plantea Alberto Varela es la protección de Cortegada en materia de lucha contra incendios. Se trata de una isla calificada popularmente como "bosque flotante" por su gran masa arbolada, en la que destaca el bosque de laureles, considerado el más grande de Europa.

En julio de 2015 se produjo un fuego en la isla que finalmente quedó en conato de incendio gracias a la labor y arrojo de los vecinos de Carril que colaboraron con los servicios de Emergencias en la lucha contra este siniestro, que estuvo a punto de poner en peligro el famoso bosque de laureles.

Esta situación puso de manifiesto la escasez de medios para hacer frente a un posible incendio forestal en la isla de Cortegada.

Fue entonces cuando el Concello solicitó de la Xunta de Galicia medidas protectoras. Pero éstas se tradujeron en la aportación de un material puntual y en la presentación de un protocolo de actuación (demandado reiteradamente por el Concello) que incluye Cortegada en el ámbito de actuación comarcal de la lucha contra los incendios forestales.

Ni el servicio municipal de Emergencias y Protección Civil, ni el propio gobierno local de Vilagarcía consideran este protocolo suficiente para la atención adecuada del tesoro ambiental de Cortegada. Por este motivo, el Concello volvió a solicitar a la Administración autonómica una nueva medida. Esta fue la realización de un simulacro de incendio forestal con el fin de testar el protocolo de la Xunta y su nivel de eficacia y, en el caso de que fuese necesario, adoptar las medidas correctoras pertinentes.

El demandado simulacro nunca tuvo respuesta y están a punto de cumplirse dos años del fuego que puso en peligro la isla carrilexa. Por parte municipal se adoptaron algunas medidas de protección como la adquisición y fabricación de bombas flotantes capaces de captar el agua de mar para que los efectivos del servicio municipal de Emergencias puedan proceder a la extinción de un posible incendio en Cortegada. También dispone de una embarcación para trasladar los medios humanos y materiales a la isla en caso de que se produzca un siniestro.