El presidente del Arosa, Manuel Abalo, asegura que "nosotros preferimos tener muchos socios, aunque paguen menos, y que haya gente en el campo, que los jugadores se sientan arropados. Así se crea ambiente de fútbol". Para ello, aprobaron el "carné anticrisis" de 55 euros.

La sociedad deportiva todavía no ha definido los precios para la próxima campaña, pero está previsto realizar algún reajuste con el carné de peña (40 euros) o con los familiares para evitar la picaresca. Abalo apunta que a quien le guste el fútbol le compensa sacarse el carné, pues además de echar una mano al equipo de su ciudad pueden disfrutar de todos los partidos por apenas 75 euros al año, contando con los dos días del club. De otra forma, tendría que pagar algo más de 200.

Los otros dos presidentes de los clubes arousanos de Tercera, Alberto Vázquez, del Ribadumia, y Ramón Rial, del Céltiga, coinciden con Abalo en que para quienes se hacen abonados influye una conjunción de factores, como la marcha deportiva o que se aprecie sentido común en la directiva a la hora de gestionar el dinero. Ambos explican también que no siempre es fácil el día a día en un club que no es una máquina de hacer dinero, como son los de Primera División.

Alberto Vázquez recuerda que tienen a cientos de niños en las escuelas de fútbol base, y que las administraciones ni siquiera les perdonan el IVA del material deportivo que necesitan para los niños. Y Ramón Rial apunta al enorme trabajo que supone mantener a flote las arcas del club. "Ahora hay más pasión por el fútbol de la televisión que por el del pueblo. El 60 por ciento de nuestro presupuesto lo hacemos durante las fiestas gastronómicas de agosto, y eso nos obliga a trabajar ese mes casi más de lo que lo hacemos en nuestros trabajos".