Las bandas reductoras de velocidad instaladas en el puente interprovincial que une Catoira con Rianxo hace dos semanas -tiempo suficiente para que generaran importantes problemas viarios- ya han sido retiradas.

Se habían colocado una docena de estos elementos -sorprendentemente pegados unos a otros- para limitar la velocidad de los vehículos, sobre todo de los pesados. Y fue tal el efecto que incluso hacían que muchos se detuvieran casi por completo, provocando importantes retenciones y complicaciones en el tráfico.

Pero no se retiraron por esto y los reductores de velocidad no eran una medida definitiva, sino que esos elementos trataban de contener la circulación mientras en la parte inferior del viaducto se realizaban trabajos de reparación de las deterioradas juntas de dilatación.

De ahí que, una vez terminados, desaparecieran las citadas bandas reductoras, al igual que se eliminó un badén de asfalto y metal que se había formado hace años sobre la junta de dilatación y que según los equipos de emergencias provocó diferentes accidentes de circulación en el puente.

Una vez retiradas las bandas y el badén se procedió al asfaltado de la zona, por lo que ha mejorado considerablemente la seguridad en esta estructura.

Lo que continúa en ella son las señales de peligro y advertencia por obras que limitan la velocidad a 40 kilómetros por hora.