La dársena de Vilanova de Arousa tendrá gasolinera. La empresa Barros Cuervo, concesionaria de uno de los espacios portuarios de ese muelle, comenzó recientemente a ejecutar las obras que podrían estar listas antes de que finalice el año. La construcción de esta estación de servicio era una de las grandes demandas que se realizaba desde sectores como el bateeiro, ya que los barcos debían desplazarse a muelles como A Illa o Vilaxoán para el suministro de combustible.

Sin embargo, no ha resultado fácil para el muelle de Vilanova que ese anhelo se hiciese realidad, ya que el proyecto ha tenido múltiples contratiempos que lo han llevado a dilatarse en el tiempo de una forma más excesiva de lo que les hubiese gustado a los marineros. El proyecto para instalar la gasolinera comenzó a tramitarse en 2011, cuando todavía ejercía como presidente de Portos de Galicia José Manuel Álvarez-Campana. En aquella primera tramitación, el proceso de adjudicación para el espacio portuario quedó desierto.

Ya con el vilanovés José Juan Durán al frente del ente dependiente de la Xunta de Galicia, se puso en marcha un nuevo proceso, que acabó desembocando en la concesión del espacio portuario para una gasolinera a la empresa Barros Cuervo, una firma con una gran experiencia en el sector y que tenía la intención de comenzar a trabajar cuanto antes.

No fue así, ya que la concesionaria y Portos se enzarzaron en una lucha burocrática que se originó por la construcción de un proyecto piloto en el dique de abrigo de Vilanova. La firma se quejó de la escasez de metros de atraque que le quedaban y de que las máquinas para construir el dique ocupasen la concesión. A ello se sumaba la imposibilidad de dar suministro de gasolina a los vehículos que pudiesen circular por el muelle, como ocurre en la mayor parte de los surtidores instalados en las dársenas de la comarca de O Salnés. Portos contraatacó advirtiendo a la concesionaria de que podría haber incurrido en un posible incumplimiento de contrato, al haber caducado el permiso para la explotación del terreno. Es más, incluso se llegó a barajar la posibilidad de abrir una nueva concesión para otra instalación de suministro en la dársena.

Finalmente, la situación parece haberse solucionado y los bateeiros de Vilanova verán cumplida una de sus grandes reclamaciones, la de contar con un surtidor en el muelle, sin necesidad de tener que realizar largos viajes para conseguir combustible, lo que les causaba un importante perjuicio económico y una importante pérdida de tiempo.