La sala en ensayos de la Unión Musical de Meaño se encuentra bajo el escenario de la Praza da Feira. El local mide unos 96 m2 y su altura ronda los 2,20 convencionales Ello supone que cada músico dispone de media de un espacio de 1,04 m2 por músico, con silla e instrumento incluido.

"Físicamente lo que es caber? cabemos -reconoce el director Diego Javier Lorente cuando se le pregunta-, pero te sientes como una persona que dispone de un garaje donde le cabe sólo el coche, no más, y para entrar y salir tiene que maniobrar dos o tres veces". "Las condiciones de la sala no son buenas -admite el director-, no hablamos ya de calidad de sonido, sino por la incomodidad de un músico que, cuando está sentado en su puesto, puede cuadrarle justo detrás a pie de oreja un trompetista? y eso es tremendo para el oído. No es de extrañar que haya días que salgamos de la sesión de ensayo todos con dolor de cabeza".

Así las cosas la banda meañesa no le queda otra que recurrir en ciertas ocasiones al auditorio de Ribadumia para realizar algún ensayo general previo a una gran cita. La última, en vísperas del pasado Festival de Banda de Meaño, celebrado el pasado 30 de abril. La razón, que el director quería escuchar el repertorio, en especial la obra "El sombrero de tres picos", en un local con la sonoridad adecuada. "No sólo suena de otra forma -explica- sino que el sonido no resulta atronador como en nuestro sala de ensayo, y sales de la sesión nuevo, sin ese dolor de cabeza que a veces se nos pone". En verano las altas temperaturas complican aún más las cosas "y aunque abramos puertas y ventanas esto parece una sauna porque el calor es insoportable". Ente ello, en ocasiones optan por trasladar el ensayo al aire libre, sobre el propio escenario de la Praza da Feira.

La falta de espacio dificulta además la posibilidad de preparar conciertos junto con otras formaciones. "Tengo el ordenador lleno de proyectos -reconoce Lorente López-, mismo un tributo a la música rock en el que pretendo que la banda toque éxitos rockero de siempre, acompañados para la ocasión por un grupo de rock? pero a ver quien mete un grupo así con guitarras eléctricas aquí dentro". De hecho ya una experiencia anterior realizada con un grupo de gaitas para una actuación conjunta evidenció las dificultades físicas y sonoras de una sala de ensayos que ha empezado a quedarse corta en los últimos años.

La banda Unión Musical de Meaño estrenó esta sala en el curso 2009-10, cuando la agrupación contaba con unos 70 componentes. Pero desde entonces su número no dejó de crecer pasando a 88 cuando el Certame Galego de Bandas en 2016 y, tras las últimas incorporaciones, a los 92 actuales. Y, de momento, ese número, dado la pujanza de la cantera en la Escuela Municipal de Música, se prevé que no hará sino medrar en los próximos años. Y es que esta escuela, con un número creciente de alumnos, cuenta en este curso 189 matriculados, no sólo procedentes de las diversas localidades del municipio, sino también de otros limítrofes que eligen el centro como alternativa de formación musical.

El presidente de la Asociación Cultural Unión Musical de Meaño, que es la entidad que rige la banda, Óscar Rial entiende que el local de ensayo "es uno de los problemas que en este momento tiene la banda y, de hecho, así se lo hemos transmitido ya a la propia alcaldesa". "Nos consta además -prosigue- que el concello se está moviendo en este sentido y que está barajando alternativas para optar por la mejor opción. Cierto que las soluciones no llegan de repente y llevan su tiempo, yo soy de los que pienso que cabe madurarlo para hacer las cosas bien".

De momento, a la banda ganadora del el último Certamen Galego de Bandas, y que en 2013 se hizo con el primer premio del World Music Contest de Kerkrade en Holanda, considerado el festival de bandas más importante del mundo, le toca seguir lidiando con sala de ensayo que no reúne las condiciones. Eso sí, de cuando en vez puede respirar y, gracias al convenio rubricado tras el éxito de Kerkrade con la Diputación, ensayar gratuitamente en el auditorio de Ribadumia, a 10 kilómetros de distancia, con el adicional coste en portes.

El gobierno local de Meaño había barajado hace años la posibilidad de construir un auditorio como opción para dar salida a la constante actividad que genera la banda y la Escuela de Música.

De hecho el Partido Popular en el gobierno se había comprometido a ello en reiteradas ocasiones. La presencia en su día del meañés Roberto Varela al frente de la Consellería de Cultura pareció por un momento abrir puertas a la posibilidad de encontrar financiación para acometer la infraestructura, para la que incluso se barajaron ubicaciones en A Toxa y el iglesario meañés, pero nada de ello cristalizó y el proyecto se abandonó tras la irrupción de la crisis económica. Los conciertos de la banda en citas importantes, o bien se trasladan al auditorio de Ribadumia o, como en el festival, optan por una carpa que cubra la Praza da Feira, lo que supone cada año a la organización un desembolso cercano a los 3.000 euros. La tercera opción es el traslado al pabellón de deportes del CEIP As Covas, en origen una pista al aire libre con cubierta de uralita, marco impropio que ofrece además pésimas condiciones de sonoridad.