Al autor, o autores, del robo perpetrado en la madrugada de ayer en la Casa da Cultura Manuel Lueiro Rey (O Grove) no le gusta el agua. Esta es la anécdota que deja un nuevo asalto a las instalaciones de Monte da Vila después de que los cacos desvalijaran la máquina de café y la expendedora de refrescos y chucherías, llevándose todo tipo de bebidas gaseosas y golosinas, pero dejando atrás las botellas del líquido elemento.

Parece ser que para perpetrar este asalto los autores del mismo rompieron el cristal de una ventana y una vez dentro de las instalaciones socioculturales burlaron el sistema de alarma.

Además de provocar daños materiales se llevaron el botín procedente de la máquina expendedora, consistente en las golosinas, chocolatinas y refrescos aludidos, como también el dinero -no mucho- que había en el interior del artilugio.

Una vez obtenido lo que buscaban, ya que en la Casa da Cultura poco más podían encontrar -al menos de valor-, los asaltantes se fueron por donde habían entrado, es decir, por la ventana. Y puede parecer sorprendente, ya que se trata de un hueco llamativamente estrecho que además tiene barrotes, por lo que no es fácil de entender cómo se las apañaron e incluso cabe pensar que pudiera tratarse de niños.

Hay que decir que no accedieron a las demás salas de la Casa da Cultura Manuel Lueiro Rey, que como queda dicho ya fue asaltada en ocasiones anteriores, además de haber sufrido todo tipo de ataques vandálicos en el exterior.

En repetidas ocasiones se pidió presencia policial en horario nocturno, mejor iluminación en la zona y otras medidas de seguridad. A buen seguro que a raíz de lo sucedido en la madrugada de ayer ahora volverán a escucharse las mismas voces.