El PP de O Grove defiende el derecho de su presidenta, Beatriz Castro, a participar en los actos públicos y políticos que se lleven a cabo. De este modo salen al paso de las declaraciones efectuadas por el grupo municipal socialista, reprochando a la conservadora su "afán de protagonismo" y su "mala educación institucional".

Decían los socialistas que la líder popular incluso quiso ocupar la silla reservada al alcalde en la Gala do Deporte Meco, por lo que cuestionaron sus "ganas de figurar" y sus conocimientos de protocolo.

Ahora el PP responde explicando que, precisamente por protocolo, el regidor no tenía que usar la silla que ocupó, por eso la intención inicial de Beatriz Castro fue sentarse en ella, precisamente porque le correspondía para no estar entre los concejales electos.

Dicen en el PP que "esta penosa manera de comportarse del alcalde se debe al nerviosismo", por eso quieren "condenar tajantemente la demagogia, el juego sucio y el cinismo con el que actúa el PSOE, que como no tiene otros argumentos trata de desprestigiar a Beatriz Castro sirviéndose de tretas y artimañas poco ortodoxas".

Esto, creen, es propio de "una política sucia y rastrera a la que están acostumbrados los socialistas, y que ya utilizaron con el anterior representante del partido, Miguel Pérez y otros miembros de la anterior Corporación".

De este modo "a la habitual práctica de mentir y culpar a los demás de sus errores se suma ahora el desprecio por aquellos que no actúan a su dictado".

En el PP pretenden dejar claro que "lejos de arreglar las cosas de forma civilizada, es decir, hablando y razonando, el alcalde prefiere montar un numerito con el que desprestigiar a quien considera un adversario político".

Respecto a la polémica con la silla, "nada habría pasado si el gobierno hiciera bien su trabajo, pues con reservar un par de filas de sillas hubiera sido suficiente".

Lo que sucedió en la gala fue "una situación de confusión que quedó subsanada al momento, al retirarse Beatriz Castro del lugar donde el alcalde tenía intención de sentarse".

Y terminado el acto, "con la única intención de aclarar lo sucedido, Beatriz Castro le pidió hablar, pero le fue imposible al verse literalmente rodeada y acosada por algunas de sus compañeras socialistas, de las que recibió una catarata de improperios que recomendaron a ésta retirarse y dar por zanjado el asunto".

El PP advierte de que esta actitud "no va a impedir nuestra presencia en cualquier acto público o al que seamos invitados", a lo que añade que el PSOE "tiene que entender que aquí debemos caber todos y no solo aquellos que al alcalde le apetezca".

Llegados a este extremo, los conservadores recomiendan "tranquilidad y mesura en sus actuaciones y comentarios" al gobierno local, animándolo a "esforzarse en solucionar los problemas de los grovenses, porque todo lo demás es puro nerviosismo que no conduce a ninguna parte".

Por cierto, que el PP aporta el extracto de una conversación mantenida con un experto en Protocolo a nivel nacional "en la que se demuestra el error y el desconocimiento total y absoluto en cuestiones protocolarias por parte del alcalde".