En la parroquia vilagarciana de Bamio -la ubicada más al norte del municipio- viven 1.269 habitantes según el último censo oficial. Se trata de un núcleo rural, con la población relativamente dispersa, y la zona urbana más próxima es Carril, donde los niños van al colegio y, en definitiva, donde muchos vecinos de Bamio hacen vida. Pero los desplazamientos a pie entre ambas parroquias no resultan una tarea fácil. Ni tampoco segura. Y es que un tramo de la vieja carretera de Bamio no tiene aceras, así como tampoco la zona en la que esta calzada se une con la PO-548, en O Salgueiral, donde se encuentra la gasolinera. Ahí los viandantes deben arriesgarse a caminar por el ridículo arcén de la calzada hasta llegar a A Rosa o bien utilizar el sendero de tierra que discurre por detrás de la gasolinera. El problema radica en que un pequeño tramo de este camino de pies se encuentra en muy malas condiciones, repleto de piedras y totalmente impracticable para una silla de ruedas, un carrito de bebé o uno de la compra.
Por ello, adecentar esta senda constituye una de las principales demandas que los vecinos de Bamio trasladarán mañana al alcalde de Vilagarcía, Alberto Varela, con el que se reunirán a mediodía para que el Concello "mueva ficha" en la resolución de los problemas de seguridad vial de Bamio.
Aunque tanto la vieja carretera como la de la costa (la PO-548) son titularidad y por tanto competencia de la Xunta, los vecinos consideran que el Ayuntamiento debe llevar a cabo una solución provisional para garantizar la seguridad de los peatones mientras la administración autonómica no pone remedio a las deficiencias. "Vamos a incidir en la instalación de un paso de peatones, de aceras y de la conexión entre Carril y Bamio", comenta el portavoz del BNG en la corporación de Vilagarcía, Xabier Ríos, que acompañará a los representantes vecinales y de los padres de los alumnos que cogen el transporte escolar en O Salgueiral para ir al colegio de Carril.
Paso de cebra y semáforo
La Xunta propuso desplazar la parada y colocar bandas rugosas en la vieja calzada como medidas para mejorar la seguridad vial, unos planteamientos que en absoluto convencieron a los vecinos, que solicitan un semáforo con pulsador para parar el tráfico en el momento en que cruzan los peatones.
Consideran que el desplazamiento de la parada de autobús lo único que hace es acercarla a la de Vilar y el objetivo es que se mantenga en la zona de O Salgueiral. En cuanto a las bandas rugosas, saben por la experiencia de la instalación en otros puntos del municipio, que se trata de un sistema muy ruidoso al paso de los vehículos y que por tanto es muy molesto para los habitantes de las zonas más próximas.
Ante la falta de acuerdo con la Xunta, los vecinos intentarán que el alcalde vilagarciano se implique y defienda ante el Gobierno gallego la imperiosa necesidad de mejorar las comunicaciones de una parroquia con más de un millar de habitantes. "No se pueden estar pasando la pelota de una administración a otra", opina una madre vecina de Bamio.
Considera que la demanda más urgente es la dotación de un semáforo y de un paso de peatones en O Salgueiral. "La Xunta ofreció al Concello traspasarle la titularidad de la carretera para que asuma la administración municipal las obras, pero evidentemente el Ayuntamiento no quiso. Si se la pasan, se la tienen que dar arreglada", expone.
También la conexión a pie entre Bamio y Carril requiere de una actuación urgente. "Yo utilizo el camino que va por detrás de la gasolinera porque no llevo a mis hijos caminando por la carretera, donde no hay aceras, y no creo que las pongan hasta la rotonda. Por el sendero se va bien salvo en un tramo de unos 10 o 20 metros en el que hay grava grande y maleza. Por ahí una silla de bebé no puede pasar", relata esta vecina.
Por su parte, el edil nacionalista Xabier Ríos recuerda que ya llevó a pleno una moción para mejorar la seguridad vial en O Salgueiral y que no se ha hecho nada. "Mientras no hay una solución definitiva el Concello tiene que actuar. Adecentar el camino no sería muy costoso. Es una cuestión de voluntad", recalca el concejal.
