Como motor económico que es, el sector vitivinicultor apela a la necesaria colaboración de las Administraciones públicas. Es por ello que en el foro desplegado en Cambados se incidió en que la Agenda Estratégica de Innovación del Vino no es solo una referencia para que el propio sector diseñe y dinamice los proyectos de I+D+i de los próximos años, sino que se trata también de un elemento que permita a la Administración pública autonómica, nacional y europea apoyar económicamente el desarrollo de esa estrategia vitivinícola.