Los mariscadores a flote de A Illa de Arousa se han sumado a la vigilancia nocturna de las concesiones que posee la cofradía a la que pertenecen a fin de que los furtivos no puedan esquilmar la producción. El pasado mes de febrero, en una asamblea que se celebró en el salón de plenos, un grupo de marineros, consciente de la importancia de preservar la producción, y ante las limitaciones de vigilancia con las que cuenta el pósito, decidió plantear esta propuesta, que fue respaldada por la gran mayoría de sus compañeros.

Desde el pasado mes de abril, cuando los marineros regresaron al trabajo en las concesiones del pósito de A Illa, se está aplicando esta medida en la que varias embarcaciones controlan, durante el horario nocturno, las principales concesiones que poseen, mientras la única lancha de vigilancia activa puede desplazarse por todas las áreas de importancia que rodean el municipio.

El patrón mayor de A Illa, Juan José Rial Millán, apuntaba ayer que "fue una decisión de un grupo de marineros que encontró el respaldo de la mayoría, y ahora, mediante una serie de turnos establecidos, vigilamos por tierra y mar aquellas concesiones más productivas y en las que vamos a trabajar durante el verano, evitando así que puedan verse afectados por la presencia de los furtivos".

Millán apunta que "para su explotación durante el verano, siempre reservamos unas zonas determinadas para contar con una producción de calidad, pero con una única lancha de vigilancia, resulta imposible que todas estén perfectamente controladas, ya que esa embarcación debe abarcar mucho territorio, lo que permitiría a los furtivos actuar casi con impunidad, por eso hemos puesto en marcha este sistema con el visto bueno de la Consellería do Mar".

De hecho, en cada jornada de trabajo, la Cofradía remite a la Consellería un listado de cuales son las embarcaciones que van a participar cada noche en la vigilancia para que no exista ningún tipo de incidente con el Servizo de Gardacostas. El pósito isleño cuenta con un total de 369 embarcaciones dedicadas al marisqueo, lo que permite un plan de vigilancias muy amplio "con turnos asequibles para todos los marineros". El patrón insiste en que "no podemos permitirnos que los furtivos esquilmen la producción, porque nos causaría un importante quebranto económico, algo de lo que los marineros son muy conscientes, motivo por el cual, la propuesta salió directamente de ellos".

Medidas de características similares no es la primera vez que se aplican en alguna cofradía de la ría de Arousa. Un ejemplo de ello fueron las mariscadoras de Vilanova que, durante varios años, estuvieron colaborando con la vigilancia en horario nocturno, con el fin de "espantar" a los posibles furtivos que se acercasen a sus bancos marisqueros. La medida acabó dando resultado, ya que la acción de los furtivos descendió drásticamente, algo que notaron las propias mariscadoras.