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A Illa elige tres arquitectos como aspirantes a diseñar el proyecto de mejora de la casa de Goday

La inversión que va a realizare el Concello en esta iniciativa es de más de 50.000 euros

Antigua casa de Goday en A Illa, que el Concello quiere rehabilitar en este mandato. // Iñaki Abella

El Concello de A Illa ya ha puesto en marcha el proceso para recuperar las antiguas viviendas de la familia Goday, situadas en la calle Marqués de Bradomín y que se encuentran en un serio estado de deterioro. Para ello ha aprobado los pliegos de contratación, que ha remitido a tres arquitectos de fuera de la comarca de O Salnés, ya que la apuesta para sacar adelante el proyecto es a través de un procedimiento negociado sin publicidad.

La inversión que se va a realizar en el proyectos será de más de 50.000 euros y se elegirá la propuesta que más se ajuste a su intereses, tanto arquitectónica como económicamente.

La antigua vivienda de la familia Goday, en la que llegó a pernoctar el rey Alfonso XII en 1881, tras asistir a la inauguración de la fábrica adyacente, se convertirá en la biblioteca municipal y en el archivo del Concello. Además, al contar con las antiguas salazoneras y un importante jardín en su exterior, se pretende crear un espacio museístico que combine con el Centro de Interpretación de la Conserva, ubicado en la antigua fábrica de Goday, la primera automatizada de Galicia y que, al igual que la vivienda, pasó a manos municipales tras la firma de un convenio urbanístico con sus propietarios.

Tanto la vivienda como la salazón y la fábrica fueron adquiridos por el Concello a principios del siglo XXI mediante un acuerdo urbanístico con los propietarios. Más complicada fue la adquisición de las otras dos viviendas, la de Dona Tomasa y O Campaneiro, que obligó a unas largas negociaciones con los propietarios, hasta que, en el año 2010, se alcanzó un acuerdo satisfactorio para las dos partes. Para hacer frente al coste de la adquisición, A Illa recurrió a la caja de anticipos de la Diputación Provincial, que aportó unos 400.000 euros que el Concello espera amortizar en los próximos años. Las dos viviendas tuvieron que ser tapiadas hace unos años para evitar que acabase siendo ocupada por indigentes o para esconder los botines de varios hurtos cometidos en las cercanías.

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