-¿Le tienta participar en la política local?

-La política local es muy bonita, pero mi vocación es Europa. Yo me siento gallega y española, pero también europea.

-En Cambados gobiernan cuatro partidos. ¿Es un ejemplo del fin del bipartidismo?

-Situaciones como la de Cambados responden a un panorama político nuevo, derivado de la recesión económica y de la inestabilidad. Pero el bipartidismo no está muerto. Un ejemplo de ello está en que en las últimas elecciones generales, la mayoría de los ciudadanos volvieron a recurrir en su mayoría por el PP o el PSOE.

-¿Qué le parece el gobierno del cuatripartito?

-Ahora mismo la situación política en Cambados es deplorable porque los socios del cuatripartito no se entienden, y están en peleas constantes.

-Un gallego, Diego Gago, es el nuevo presidente de Nuevas Generaciones en España. Usted es la número 2 de las juventudes del PP en Europa. Casi parece lógico que el sucesor de Rajoy también sea gallego.

-Estas cosas no se deben a la lógica, pero si me pregunta por Alberto Núñez Feijóo, le diré que me declaro públicamente feijoísta. Es uno de los mejores líderes que tenemos, sin duda alguna. Sería una persona válida para cualquier cargo.

-¿Qué opina de los casos de corrupción que se están conociendo en los últimos meses?

-Existe una desafección muy grande hacia la política por culpa de la corrupción. El PP la ha notado, pero no es un fenómeno exclusivo de nuestro partido, y los primeros molestos somos los propios militantes y simpatizantes de la organización.

-¿Es un fenómeno más habitual en las sociedades latinas?

-No creo, del mismo modo que no creo que las personas sean corruptas. Los corruptos son unos pocos. De algún modo, que se conozcan los casos es positivo porque significa que se persiguen y se castigan.