El mildiu está presente en los viñedos, de eso no hay duda. Pero por ahora sin que exista un motivo de preocupación evidente. De momento la situación está controlada, en gran parte gracias al viento, que ayudó a reducir la humedad foliar, y al hecho de que la plantas no estén todavía suficientemente desarrolladas, encontrándose en el estado fenológico de racimos visibles y de racimos separados, dependiendo de las zonas.

Lógicamente también ayudaron a controlar el avance de la plaga los tratamientos fitosanitarios aplicados; los mismos que ayudan a combatir los posibles efectos causados por las tormentas registradas en los últimos días.

En la Estación Fitopatológica de Areeiro (EFA) abundan en ello y explican que "las diferentes previsiones meteorológicas anuncian una continuidad en la situación meteorológica actual, aunque con temperaturas más bajas, por lo que en principio el nivel de riesgo en relación con el mildiu es medio", concluyen los técnicos.

Los mismos, por cierto, que recuerdan a los viticultores que si bien por ahora no resulta una medida tan importante, por aquello de aplicarse fungicidas sistémicos o penetrantes, "para aprovechar mejor la materia activa de contacto que suele acompañar a estos tratamientos, los productos deben mojar la cara inferior (envés) de las hojas".

Oidio

Todo esto en cuanto al mildiu. Pero hay otras enfermedades que requieren la atención de los productores y bodegueros, como es el caso del oidio, un hongo que suele propagarse con las actuales condiciones meteorológicas.

Esto requiere extremar la vigilancia sobre las variedades más sensibles a esta plaga, de manera especialmente significativa en el caso de las tintas, "para así poder anticiparse a la aparición de síntomas sobre las variedades que, como el albariño, tienen menos sensibilidad ante este hongo".