La presencia de avispa velutina en Galicia se ha convertido en un importante problema medioambiental y también económico, un problema con una serie de claves que ayer, explicó Gustavo Ferreiro, representante de la Asociación Galega de Apicultores, a los vecinos de A Illa de Arousa, municipio donde se han retirado un importante número de nidos de esta especie en el último año.
Ferreiro realizó un pequeño repaso de la llegada de esta especie, de origen asiático, a Europa. Su llegada está registrada en el puerto de Burdeos en 2004, en un carguero procedente de China. A partir de ese momento, su crecimiento y expansión ha sido imparable, cruzando los Pirineos en torno al año 2010. Dos años después, comenzó a detectarse su presencia en la Mariña Lucense y a aparecer los primeros nidos en las Rías Baixas, como preludio de la situación que se está viviendo en la actualidad.
"A día de hoy, toda la franja costera de Galicia está afectada, y comienza a llegar al interior de Ourense, donde su expansión se ve un tanto frenada por el frío; aprovechan los cauces fluviales para expandirse y se instalan en zonas donde existen unas condiciones de humedad determinadas", explica Ferreiro. Su aparición en Galicia no fue tomada en serio por las administraciones públicas en su momento, en especial por la autonómica, lo que permitió que se extendiese rápidamente y ahora sea tan complicada frenarla. "Avanza unos 100 kilómetros al año, ya que de cada nido salen una media de entre 100 y 200 nuevas reinas que buscan otras zonas de colonización, suelen adaptarse al medio con mucha rapidez y han modificado su comportamiento con respecto a la avispa velutina que vive en Asia, por eso todavía no existe un método fiable que sirva para acabar con su avance".
Esta avispa es sumamente voraz, ya que caza toda clase de insectos, especialmente abejas, lo que ha provocado daños muy importantes en el sector apícola, pues "cuando detectan una colmena, la arrasan, ya que es comida fácil sin ningún tipo de depredador que pueda afectarles".
Además del apicultor, otros sectores que también se han visto afectados por la presencia de la avispa velutina son el frutícola y el vitivinícola, con diferentes zonas seriamente dañadas por la voracidad. "Su aparición se ha convertido en un problema medioambiental y económico, que causa pérdidas muy importantes", asegura Ferreiro.
En estos momentos no existe un método determinado para frenarla, aunque si se están realizando estudios en la Universidad de Vigo y en varios centros franceses para ver que tipo de actividades pueden limitar su expansión, sobre todo, porque los individuos localizados en Galicia han modificado sustancialmente su comportamiento con respecto a las avispas velutinas que están en su hábitat natural asiático. "En Galicia hemos recurrido al trampeo tomando como referencia las investigaciones de la Universidad de Vigo, que aconsejan que estas trampas se instalen durante la primavera, para no afectar a especies autóctonas muy parecidas, como la vespa crabro", indica. Su momento álgido acostumbra a situarse durante los meses de julio y agosto, en ese momento, la única solución es localizar el nido y utilizar insecticida y eliminarlo.
A pesar de ser un insecto de dimensiones considerables, lo que le permite tener más veneno en su interior, la velutina no es más peligrosa que las especies autóctonas. "Evidentemente, una picadura de velutina a una persona alérgica es muy peligrosa, al igual que si se reciben muchas, pero no suele ser un insecto que ataque a menos que se sienta amenazada, sobre todo si la persona se encuentra cerca de su nido".
La cifra de avispas velutinas que pueden formar un nido, en su momento más álgido de la temporada "puede rondar los 15.000 individuos, dependiendo de las dimensiones que tenga esa construcción.
