Como sucede en lonjas como A Illa, la de Vilanova centra su actividad en familias como los bivalvos y los crustáceos, de ahí que en el primer trimestre del año no se despachara pescado.

Los principales ingresos proceden de los distintos tipos de almeja, de ahí que de los 688.000 euros totales facturados nada menos que 294.000 correspondieran a la japónica (37 toneladas) y 218.000 euros a la babosa (casi quince toneladas); la primera de ellas con un precio máximo de 13,80 euros por kilo y la segunda, a un tope de 18,10.

Estas dos especies se reparten casi todo el pastel en la rula vilanovesa, donde, en cualquier caso, también cobra un protagonismo especial la almeja fina, con 90.000 euros facturados en los tres primeros meses del año después de la venta de 3.707 kilos.

Puede citarse, igualmente, al berberecho, ya que se subastaron algo más de diez toneladas, para ingresar por ello 46.271 euros.

Respecto a las demás especies, cabe aludir al longueirón viejo (14.420 euros), la almeja bicuda (12.163 euros) y el relojito (9.220 euros).

Otras como el camarón común, la navaja, almeja rubia y carneiro jugaron un papel testimonial en este arranque de ejercicio.