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Bamio, Cornazo y Loenzo se bastan

Las comunidades de montes de estas parroquias descartan su integración en el ente supraparroquial de Vilagarcía de Arousa

La parroquia vilagarciana de Bamio, vista desde el mar. // Iñaki Abella

Las nuevas incorporaciones a la mancomunidad de montes vecinales de mano común de Vilagarcía tendrán que esperar. El ente supraparroquial creado el verano pasado bajo el paraguas del BNG está actualmente formado por seis comunidades que suman cerca de un millar de hectáreas de superficie. Son las de Cea (con 600 hectáreas), Rubiáns, Sobrán, Guillán, Trabanca Badiña y Trabanca Sardiñeira. Fontecarmoa también se embarcó inicialmente en este proyecto pero se ha descolgado recientemente por problemas internos.

En Vilagarcía de Arousa existen diez comunidades de montes, y la intención de la mancomunidad que preside Xurxo Abuín en esta nueva etapa tras su amago de dimisión (finalmente continúa en el cargo) es aumentar la representación del colectivo captando más comunidades.

Son cuatro las entidades que hoy en día funcionan al margen de la mancomunidad: Fontecarmoa, Bamio, Cornazo-Solobeira y Loenzo. Y por el momento seguirán trabajando de forma independiente, pues en sus planes más próximos no figura el de integrarse en la mancomunidad. Cada una tiene motivos diferentes.

Ventajas e inconvenientes

En el caso de Bamio, una comunidad con 259 hectáreas de terreno y 180 comuneros en activo, prefiere quedarse como está porque con el modo de gestión y trabajo que está llevando a cabo le van bien las cosas. Su presidente, Luciano García, considera que formar parte de una mancomunidad "tiene sus ventajas y sus inconvenientes".

"Entre las cosas buenas está la de tener más fuerza entre todos, pero cada uno tiene su forma de trabajar y creemos que el sistema de una mancomunidad no es el que más nos conviene a nosotros", apunta.

El secretario de la comunidad de montes de Bamio, José Ferreira, explica que la entidad "funciona casi como una empresa" y tiene "todo al día".

"Tenemos estatutos, cada año damos cuenta del balance económico, contamos con un ingeniero que trabaja con nosotros, un bufete de abogados, y contratamos a dos personas durante el verano para limpiar los caminos", relata el secretario.

Entre los proyectos más recientes de la comunidad de Bamio se encuentran los de una plantación de robles y castaños en San Juan y el adecentamiento de varias pistas para facilitar el acceso al monte. "Vamos a limpiar zonas de eucalipto y pino de cara al verano", anuncia el presidente, Luciano García, en aras de minimizar el impacto de los incendios que se puedan producir en la temporada más seca del año.

La comunidad de montes de Bamio goza de buena salud económica. El cobro de una buena parte de las expropiaciones y alquiler de terreno con motivo de la obras del Tren de Alta Velocidad (TAV) le ha proporcionado un colchón con el que afrontar la gestión de una forma más holgada. No obstante, el Ministerio de Fomento todavía no ha saldado por completo su deuda con los vecinos de Bamio, quienes tuvieron que recurrir al Jurado Provincial de Expropiación de Pontevedra al no estar de acuerdo con las cantidades propuestas inicialmente.

Cornazo

FARO también se ha puesto en contacto con la comunidad de montes de Cornazo (con la de Loenzo no ha sido posible). En este caso su negativa a adherirse a la mancomunidad de montes vecinales de mano común de Vilagarcía viene dada por una razón totalmente distinta a la de Bamio. Y es que la actual directiva de Cornazo, presidida por Ramón Fandiño, lleva cuatro años gobernando en funciones debido a la falta de relevo al frente de la comunidad. Esta situación le impide poder tomar decisiones de calado como la de incorporarse a la Mancomunidad. Por tanto como su margen de maniobra es muy reducido, los directivos deben limitarse a la gestión ordinaria de la comunidad de montes. Su permanencia al frente del colectivo evitan que este desaparezca.

Uno de los principales inconvenientes del mandato en funciones que se prolonga en Cornazo desde hace cuatro años es la imposibilidad de realizar contrataciones para trabajos tan relevantes como el de limpiar el monte, sobre todo cuando el verano está a la vuelta de la esquina.

El presidente lleva en el cargo desde la fundación de la comunidad, en 1981, y debido a su avanzada edad no se siente con fuerzas para asumir un nuevo mandato. No obstante la falta de relevo generacional le impide tirar la toalla.

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