María Dolores Martínez Sabarís nació en Zacande (San Vicente de Nogueira, Meis), en 1957. Actualmente, trabaja como profesora en el colegio Julia Becerra Malvar, de Ribadumia. En octubre próximo cumplirá 31 años como presidenta del grupo interparroquial de Cáritas de las tres Nogueiras de Meis: San Vicente, San Tomé y San Lourenzo. Ostenta dicho cargo desde la fundación del colectivo.
-¿Existen diferencias en las formas o el perfil de la pobreza entre el ámbito urbano y el rural?
-La pobreza siempre es pobreza, pero en el rural hay más vergüenza porque nos conocemos todos y a la gente le da más reparo acudir a nosotros. Antes éramos nosotros los que al conocer los casos íbamos junto a esas familias y nos ofrecíamos a ayudarles. Hoy en día ya no hay tanto reparo, pero aún así en un 90 por ciento de los casos somos nosotros los que nos acercamos por primera vez a las familias que necesitan ayuda.
-Lleva en el cargo tres décadas. ¿Han variado mucho en ese tiempo las formas de pobreza en Meis?
-Los comienzos fueron muy duros porque había muchas familias que necesitaban ayuda. Eran sobre todo familias desestructuradas, o personas ya mayores. Pero a partir de la crisis de 2008 cambió el perfil del usuario, y apareció gente joven. Empezaron a acudir a nosotros personas con hijos e hipotecas que se habían quedado en el paro.
-Existe la creencia de que en el rural nadie pasa hambre porque dispone de una huerta, por pequeña que sea, y de unos pocos animales de corral ¿Es real?
-No, es un tópico que no se corresponde con la realidad. Por poner un ejemplo, tenemos una familia que sí tiene una huerta, pero solo cobra una ayuda de 400 euros, y aunque tiene animales no tiene dinero para alimentarlos. Hay más casos de ese tipo, y si la gente no pasa hambre sí pasa muchas estrecheces. Hoy en día hay que pagar muchos impuestos y hay gastos como la luz o el gas que hay que sacar de algún lado. ¿Y de dónde se sacan? De la comida.
-¿Ha mejorado la situación con el repunte económico de los dos últimos años?
-Sí que se ha notado un poco, porque hay gente que encontró por fin trabajo y que ha dejado de ser usuario de Cáritas. Pero siguen viniendo familias nuevas que han quedado en paro. Algunas incluso son de otras parroquias, en las que los grupos de Cáritas no tienen a lo mejor un funcionamiento tan estable. La Interparroquial de Ribadumia se deshizo ya hace algún tiempo.
-¿A cuántas personas atienden actualmente?
-A unas 45. Varias de ellas llevan muchos años recibiendo ayuda.
-¿Qué es lo que más necesitan actualmente en la agrupación de las tres Nogueiras?
-Todos los meses hacemos una compra grande de alimentos para las familias. Les hacemos paquetes con leche, embutidos, azúcar, harina, galletas... También compramos leche de lactancia, medicinas, ayudamos a pagar algunos gastos de las casas. Quien pueda ayudar puede hacerlo de muchas maneras.
-¿Cómo se financia el grupo de Cáritas de las tres Nogueiras?
-Nos sostenemos con aportaciones diversas, como las colectas que se hacen en las iglesias el primer domingo de cada mes o los donativos y aportaciones de los socios. También le estamos muy agradecidos a la Diputación, que desde hace unos años nos está dando una subvención que nos ayuda a mantenernos a flote.
-¿Les llega el dinero?
-De colectas reunimos el año pasado entre las tres parroquias algo más de 2.500 euros, y la Diputación nos dio 1.600, por citar dos ejemplos. Pero sí que tenemos muchos gastos. Solo en comida gastamos el año pasado más de 4.400 euros, y también damos ayudas para recibos de servicios del hogar, para medicinas, tenemos ocho niños apadrinados en América, damos una parte de nuestros ingresos a la organización diocesana... El año pasado gastamos más de lo que ingresamos, pero no estamos en números rojos porque tenemos algo de dinero en el banco.
