El que fuera gran historiador argentino del siglo XIX, Manuel Ricardo Trelles, (1821-1893) que además fue el organizador de la Biblioteca Nacional de la República Argentina y fundador del Archivo General de la Nación, ubicado en Buenos Aires, decía en el tomo V de la "Revista Patriótica del Pasado Argentino":

"Don Manuel Ozores; piloto agrimensor en el río de la Plata en 1790-1793 levantó el plano de la estancia de las Vacas. La estancia de las Vacas, sita en el partido de las Víboras, de la Banda Oriental, había pertenecido a la Compañía de Jesús. Expulsada de los dominios españoles, esta en 1767, el Gobierno destinó los productos de aquella al sostén de la escuela de Hermandad de Caridad de Buenos Aires.

Dicho así, sin más, da la impresión de un territorio cualquiera en las cercanías de Buenos Aires, pero en los "Cuadernos del Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano del año 2013, se señala la gran importancia que tenía este territorio en el siglo XVIII:

"Para mediados del siglo XVIII, y tardíamente en relación a otras estancias de la Compañía, surgieron las dos principales que los jesuitas fundaron en lo que hoy es el actual territorio uruguayo y que se sumaban a otras propiedades que la Orden ya tenía en la Banda Oriental, fundamentalmente los enormes latifundios del Norte del Río Negro dependientes del Yapeyú, San Borja y San Nicolás. Estas fueron la estancia de Nuestra Señora de Nuestra Señora de Belén o del Río de las Vacas, dependiente del Hospicio y Colegio bonaerense de Nuestra Señora de Belén fundada en el año 1841?".

Se trataba pues de un territorio extensísimo, y de ahí que los extraordinarios mapas levantados por José Manuel Ozores Patiño -nacido en Cambados en 1745, y trasladado de muy joven al Río de la Plata-, fueran tan importantes para el Virreinato correspondiente.

Manuel Ozores casó el 28 de septiembre de 1785 en Buenos Aires con María Victoria Troyano, y el franciscano que los casó, Francisco Tomás Chambo, escribía que su esposa era "natural de esta ciudad", mientras que el marido era hijo de José Ozores y María Cipriana Patiño de Malvar, del reino de Galicia.

Por el éxito anterior, la Junta Municipal de Propios, de la Ciudad de Buenos, le encargó elaborar un plano detallado de la ciudad de Buenos Aires, y Manuel Ozores lo entregó a dicha Junta Municipal, con el título de "Demostración de la Ciudad de Buenos Aires situada en la costa occidental del Río de la Plata según la distribución de terrenos que hicieron sus primeros pobladores"

A continuación del plano de Buenos Aires, el cambadés Manuel Ozores prosigue con una explicación según la cual:

"El rumbo que se dio al exido fue el de Norte a Sur siguiendo el de las calles de la Ciudad, según está constante de la diligencia que practicó en 16 de Diciembre de 1608, con asistencia del gobernador. D. Hernando Arias de Saavedra y varios capitulares, la que se halla copiada al principio de Lo de Acuerdos que empezó en 1º de Enero de 1741".

El mismo Manuel Ozores admite que esta idea general la tomó de un plano que años atrás había hecho el Brigadier D. José Custodio de Sáa e Faria "que del servicio de su patria, Portugal, pasó en el Plata y a su instancia, al de España, cuyo gobierno le reconoció su grado en la milicia, y que había fallecido hacía meses".

La referencia que hace Manuel Ozores al gobernador Hernando Arias se refiere a la primera mensura que se hizo de la ciudad de Buenos Aires, que fuera ordenado en el año 1608 por este visionario y progresista gobernador, que fue el criollo don Hernando Arias de Saavedra (Hernandarias), y que ejecutaron en aquellos años los habilitados Francisco Bernal y Martín de Rodrigo.

Gracias a este plano que mando levantar el gobernador Arias de Saavedra y copiado por nuestro personaje se puede saber que a principios del siglo XVII, Buenos Aires tenía "25 cuadras de frente, observándose la boca de Riachuelo por donde debían entrar los navíos? A medida que cegándose el Riachuelo abrió su desembocadura la Boca del Trajinista, que salía hacia el sudeste".

"Hernandarias"

Este gobernador más conocido como "Hernandarias", fue el primer nacido en América en ocupar el puesto de gobernador de Buenos Aires, estimulando el crecimiento de la misma con la fundación de las primeras escuelas, la instalación hornos de cocción de ladrillos y tejas, la reconstrucción del fortín que protegía la ciudad de los piratas, dirigió expediciones a Uruguay y Brasil, así como a la Patagonia, en donde por cierto fue cogido prisionero, aunque finalmente escapó.

Trató en suma de conocer los terrenos circundantes a su gobernación razón por la cual tuvo interés en levantar planos de la demarcación correspondiente.

Por su parte, el jesuita e historiador Guillermo Furlong tiene la siguiente opinión de nuestro personaje, el cambadés Manuel Ozores: "era un buen cartógrafo, como lo prueba la Demostración de la Ciudad de Buenos Aires en la que trabajó Ozores", que consideró "plano sin duda, el más completo en su género y en su época.

Pues bien, el honrado Manuel Ozores, pone al pie del documento:

"Que se advierte, que después de muchos años de haberse fundado esta ciudad, se establecieron los rumbos para las suertes de chacras y estancias, y son: Nordest a Suduest y Nordest a Suest. Y la planta de la ciudad de vaxo de la dirección de Norte a Sur y Leste a Oeste, y por consiguiente, siguiendo estos rumbos la planta de la Ciudad debe deseguirlos también su exido por determinarse así en una mensura que se practicó el siglo pasado y muchas en el que estamos, como más largamente consta de un plano que años pasados he visto en casa del finado Don Juan Custodio".

Cuando tras pasar varios años se publicó el plano de Manuel Ozores con vistas a una probable crítica tras las edificaciones correspondientes en Buenos Aires, en el "Registro Estadístico del estado de Buenos Aires.1959", "en el examen de ella, echábase de ver deficiencias, pero se le consideraba como de mucha importancia, porque entre otros méritos, tenía el que parecía resolver alguna importante cuestión" y posteriormente y por considerar el estudio de Manuel Ozores, de extraordinaria importancia para la planificación de Buenos Aires, Enrique Udoando la insertó en su "Reseña histórica del Templo de Nuestra Señora del Pilar".