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Juan Expósito: "Nunca nos cayó un ataúd, pero ya tuvimos varios accidentes elevándolos"

Los enterradores dejarán de usar un viejo andamio gracias a la compra de un portaféretros

Expósito muestra el andamio preparado en el cementerio municipal de Rubiáns para un entierro. // I. Abella

Desde antaño los enterradores de los cementerios municipales de Vilagarcía ( ubicados en Rubiáns y Carril) montan un viejo andamio en los sepelios para poder dar sepultura a los difuntos en los nichos más altos, ubicados a casi tres metros del suelo. Esta rudimentaria y peligrosa forma de trabajar que ya le ha dado más de un susto a Juan Expósito y a su compañero pasará a la historia en cuestión de semanas, pues el Ayuntamiento va a gastar 25.000 euros en la compra de una máquina portaféretros para elevar los ataúdes y evitar que los sepultureros y empleados de las funerarias tengan que hacerlo manualmente, con el peso que ello conlleva. Anualmente se celebran entre los dos camposantos públicos de Vilagarcía del orden de 180 sepelios.

-¿En qué cambiará su trabajo con la compra del elevador?

-La mejora va a ser del 100%. Llevamos montando el andamio y los caballetes toda la vida. Para poder utilizar el elevador, que los hace una empresa de Valencia, necesitábamos que los pasillos del cementerio tuviesen un mínimo de dos metros de ancho, y cumplimos las medidas.

-En otros camposantos se han producido accidentes con los difuntos. ¿Le ha caído alguna vez un féretro durante la maniobra?

-Aquí nunca ha ocurrido, pero los trabajadores sí que hemos tenido algún que otro incidente en el andamio, dañándonos un dedo, un tobillo, etc. Pero nunca cogimos una baja por ello.

-¿Qué le llevó a trabajar en el sector funerario?

-Fue por necesidad. Empecé en una funeraria por falta de trabajo y allí estuve nueve años. Después trabajé en un parking y salió la plaza de enterrador en el Concello. Decidí ponerme a estudiar por las noches y presentarme a la oposición. Éramos 84 para esa plaza de funcionario. La conseguí y llevo casi diez años de sepulturero.

-¿Uno llega a acostumbrarse a este particular empleo?

-La verdad es que no. No es agradable. Uno nunca se acostumbra a trabajar con los cadáveres porque no todos son iguales. No te das adaptado.

-¿Realizan muchas exhumaciones?

-Sí. Y cambios de nichos también. Tienen que solicitarlos las familias y autorizarlos Sanidade.

-¿Cuánto tiempo tiene que llevar enterrado un difunto para poder exhumarlo?

-Sanidade nos da permiso si lleva un mínimo de 5 años, el tiempo que se considera que un cuerpo se convierte en cenizas, pero no es así en todos los casos. Recientemente exhumamos un cadáver de 16 años y todavía no estaba hecho cenizas. Yo prefiero exhumar un difunto con poco tiempo porque la caja no se rompe en pedazos. En cuanto a la normativa municipal, fija un mínimo de 10 años para realizar el cambio.

-¿Cuáles son los motivos más comunes por los que las familias solicitan exhumaciones o traslados de sepultura?

-Normalmente cuando acaban los cinco años de alquiler las familias sin recursos piden el traslado del cadáver para no pagar la concesión de 75 años. También ocurre cuando fallece una persona a la que quieren enterrar con un familiar.

-¿Cuántos cuerpos pueden llegar a compartir sepultura?

-Puede haber hasta tres cadáveres en un mismo nicho.

-Disponen de un horno en el cementerio. ¿Actualmente funciona?

-Sí, desde hace dos o tres años. Allí quemamos la caja, la ropa, etc. No huele ni se nota nada desde fuera. No se sabe que estamos quemando.

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