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La senda peatonal de madera de las Torres do Oeste presenta un preocupante deterioro

Los usuarios advierten del peligro existente en este trazado que discurre entre juncos y casi sobre el río Ulla -Diferentes tramos de paseo han desaparecido o están podridos

Uno tramo de balaustrada con trozos nuevos y otros rotos. // N. Parga

La senda peatonal que permite disfrutar del Sistema Fluvial Ulla-Deza a la altura de las Torres do Oeste está completamente deteriorada. Se trata de un trazado con pilotes de madera de eucalipto de 25 centímetros de diámetro, vigas transversales y longitudinales de pino marítimo y barandilla hecha con madera de acacia a ambos lados. Discurre elevada sobre el nivel del agua y entre el juncal que integra este importante espacio natural del Concello de Catoira.

Con el paso de los años la madera se ha podrido en numerosos tramos, mientras que en otros fue arrancada por los gamberros o, simplemente, ha desaparecido.

La situación, lógicamente, entraña un considerable riesgo, ya que es un paseo de gran belleza que suele emplearse de manera especialmente intensa tanto ahora, en primavera, como llegada la temporada estival, por lo que es aconsejable extremar las precauciones al caminar por este sendero que permite acercarse a numerosas e importantes especies de flora y fauna.

El riesgo referido existe, conviene recalcar, porque además de los daños antes aludidos en las balaustradas del paseo, que es donde más se aprecia la desaparición de la madera, esta situación se hace extensiva al perímetro del mirador -también de madera- situado entre los juncos, al igual que hay tablas rotas en el piso, con el riesgo extra que esto entraña para los caminantes.

Cierto es que en los últimos años se han efectuado ya diferentes reparaciones, y de hecho es fácilmente apreciable la presencia de tramos de madera nueva, para reponer parte de la que se había deteriorado o desaparecido.

Pero también es verdad que cada vez son más las incidencias y los trozos de paseo desaparecidos, de ahí que los usuarios reclamen una reforma integral de todo el espacio.

Otra prueba del peligro es que incluso fue preciso colocar cintas plásticas, de las empleadas habitualmente por Protección Civil para acordonar, delimitar, señalizar o proteger cualquier tipo de espacio, pero resulta que también esas cintas están en mal estado o han desparecido.

Evidentemente además del peligro que entraña el paseo en estas condiciones, la situación de este interesante tramo de madera, sobre todo para los amantes de la naturaleza, también afecta a la imagen del entorno, en el que además de localizarse las Torres do Oeste en las que cada año se escenifica el desembarco de la Romaría Vikinga, también se encuentran en las inmediaciones el embarcadero, los drakkar vikingos, la playa fluvial y una zona arbolada con importantes especies de plantas autóctonas.

Pero el abandono es de tal magnitud que incluso queda patente en las señales o letreros informativos, algunos desaparecidos y otros también rotos.

En el año 2009 se había anunciado la prolongación del paseo de madera existente, habilitando otro de 202 metros de longitud para llevarlo hasta la entrada principal del recinto amurallado y facilitar así diferentes itinerarios o pasos.

Este nuevo paseo permitiría disponer de un acceso alternativo para el disfrute del conjunto histórico, de las junqueras y del desembarco vikingo que se celebra en Catoira cada primer domingo de agosto.

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