La reconstrucción del antiguo poblado que dio cobijo a los últimos habitantes de la isla de Cortegada es uno de los proyectos que la dirección del Parque Nacional Illas Atlánticas pretende desarrollar a corto y medio plazo. El primer paso para la presentación de esta iniciativa ha sido la publicación de un vídeo que reproduce, con medidas auténticas, esta aldea y que fue elaborado por los topógrafos de la empresa vilagarciana Oftefor.
Se trata de un trabajo realizado hace tres años y que permite comprender cómo fue la vida en la isla carrilexa. Con la publicación del vídeo se destaca que "este es el primer paso de un proyecto mucho más ambicioso de recuperación ambiental y también humana de Cortegada".
Esta reconstrucción virtual en la que se ponen en pie las antiguas edificaciones de piedra ubicadas en la zona de la isla que está frente al puerto de Carril, y de las que actualmente quedan vestigios, da formato a la veintena de casas más o menos grandes y compartimentadas hasta que a principios del siglo XX los vecinos fueron desalojados para la donación de la isla al Rey Alfonso XIII con destino a su residencia de verano.
Las personas que se establecieron en Cortegada situaron el poblado cerca del puerto, incluyendo la ermita y el hospital anexo. Araron terrenos para dedicarlos a huerta, maíz y viñedos.
El Parque Nacional destaca que los bebederos de piedra que aún quedan entre las casas son testimonio del cuidado de vacas, gallinas y ovejas de los pobladores, quienes tuvieron que trasladar su vivienda a Carril.
En la actualidad se mantienen los vestigios del poblado de Cortegada, ya que solo se ha podido reconstruir una de las antiguas casas hace aproximadamente tres años, para convertirla en la sede de los trabajadores de Illas Atlánticas y también en refugio para los turistas que visitan la isla, en caso de lluvia.
Los excursionistas que llegan a Cortegada, al bajar del barco lo primero que se encuentran son los restos de la capilla que está ubicada más al sur que el resto del antiguo poblado, frente a la que se encuentra un emblemático cruceiro, punto obligado de todas las fotografías de los visitantes.
Los historiadores señalan que la capilla, ahora en ruinas, es anterior al siglo XIV. La fachada se conserva y puede verse en ella un blasón. Cuentan que antaño este templo atesoraba en su interior numerosos exvotos marineros. Había un hospitalillo anexo al santuario que se trasladó con él. Los restos que se conservan datan de 1652, según los historiadores que indican que funcionó como lazareto hasta el siglo XVIII.
El Parque Nacional Illas Atlánticas también inició la recuperación del poblado de la isla de Sálvora, ubicada en la bocana de la ría de Arousa, también abandonado, pero cuya población se trasladó a mediados del pasado siglo. En este caso la actividad estuvo ligada a una antigua fábrica salazonera.
En Sálvora, hay un importante faro de la Autoridad Portuaria de Vilagarcía con una importante edificación como vivienda del farero y que sirvió de refugio para tripulaciones en peligro en épocas de temporal.
